Pues sí, ya iba siendo hora de cambiar de aires y he decidido pasar una semanita en Londres. Así que ayer empaqueté mis cosas y me cogí el tren rumbo a la capital del Imperio Británico. Del viaje no hay mucho que contar, casi cinco horas de tren en las que lo único anecdótico que pasó es que en mi vagón viajan tres amigas, que iban sentadas en asientos contiguos. A pesar de ser amiguísimas y de estar tan juntitas apenas se cruzaron más de treinta palabras en todo el viaje, las tres iban chateando por el móvil y lo único que llegaban a decirse era "Mira lo que me ha escrito fulanito". Alguien con más cabales que yo, escribiría un artículo mordaz sobre las nuevas generaciones y el daño que les han causado las nuevas tecnologías. Afortunadamente yo no voy a hacer tal cosa y en lugar de eso me voy a dedicar a colgar las pocas fotos que hice ayer.
Nada más dejar mis maletas en el hotel, salí a la calle dispuesto a llegar al Puente de la Torre. Me tocaba una hora de caminata por las calles del siempre bullicioso Londres e iba con el tiempo justo para llegar allí, ya que mi intención era llegar allí en el momento apropiado de fotografiar el dichoso puente justo a la puesta de sol.
Así que empecé a avanzar a buen ritmo convencido de mi éxito. Pero claro, ¿cómo caminar por tan bonita ciudad sin hacer un alto en el camino para fotografiar esto...
O esto otro
Por no hablar de esto
El tiempo se me acababa y ni siquiera tenía tiempo de ver que demonios estaba fotografiando. Lo iba catalogando como "edificio chulo número 1", "edificio chulo número 2",...
Pero por fin mi objetivo surgió en la lejanía.
El puente de la torre.
Lo cierto es que en las pelis parece más grande de lo que es, pero no me quejo, yo lo encontré muy chulo.
Por cierto, que yo (en mi ignorancia) pensaba que el Puente de Londres y el Puente de la Torre eran el mismo, pero no, resulta que son dos puentes distintos. El de la Torre es el que acabáis de ver y el de Londres es este otro.
Seguiremos informando.
3 comentarios:
Para poder contarse (o contarnos, como es tu caso) algo, hay que vivir. Ahí está lo que le falta a tus compañeras de tren (que llegan a ser las del aeropuerto y ni falta que hace que hablen, ¿no?)
Vas mejorando con el enfoque de tus fotos, menos la tuya. Pero Londres parece guay ¿no?
KalEl: Efectivamente, en según que situaciones, cuanto menos palabras mejor que mejor.
J.: Es que es complicado hacerse un autorretrato con la cámara. Tengo que estirar del todo el brazo para que entre mi cabezón en el encuadre y en esa postura es difícil encontrar la estabilidad.
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