12/24/2018

Cuarta entrega del Podcast. La bruja y los hermanos.

Justo a tiempo para Navidad, el cuarto relato del Podcast. Esta vez es un cuento de miedo, con su bruja y todo, basado en una pesadilla que tuve hace muchos años. Seguramente será el último del año, pero no preocuparse que el año que viene continuaremos.


Como siempre, aquí lo tenéis en audio.


Y aquí escrito.

La Bruja y los hermanos

Se lanzó a correr por las estrechas callejuelas, el ruido de sus pasos sobre los adoquines rebotaba en las esquinas. Las diminutas luces de gas, situadas en cada esquina, apenas lograban aclarar la oscuridad de la noche sin estrellas.

Tenía prisa, mucha prisa. No reconocía las calles, ni las pequeñas cada de techos puntiagudos, pero de algún modo conocía el camino. Marchaba a la casa de su hermano mayor, tenía que llegar antes que la  bruja. Era muy importante llegar antes, apretó el paso. Giró a la derecha y la siguiente a la izquierda. Cada vez corría más y más rápido. La bruja le había dicho lo que pasaría si llegaba tarde, se quedaría con sus hermanos. Volvió a torcer a la izquierda, esquivó un tonel de manzanas negras, saltó un escalón de piedra y abrió de golpe la puerta.

Ya era tarde, la bruja estaba allí, con su sombrero de bruja, con sus pelos de bruja, con su nariz de bruja, su verruga de bruja, pero sin escoba. Ella se rió a carcajadas y desapareció.

No buscó a su hermano mayor, no hacía falta, ella se lo había llevado. Sintió ganas de llorar, pero no lo hizo, no había tiempo.

Echó a correr, tenía que llegar a casa de su hermano mediano. Debía ser más rápido, debía volar. Se convirtió en murciélago, agitó sus alas y voló. Se elevó a través de las casas y se lanzó en línea recta, volando cada vez más rápido. Atravesó una nube, cortó el viento y se lanzó en picado. Al tocar la calle se volvió de nuevo humano. Abrió la puerta, pero la bruja ya estaba allí.

No buscó a su hermano mediano, no miró a la bruja, no salió corriendo, no se fue volando. Simplemente, deseó estar en casa de su hermano pequeño y de pronto ya estaba allí. Esta vez, él había llegado antes. Su hermano le miró agradecido, sin pronunciar palabra alguna. No era necesario. La bruja llegó un segundo más tarde, gritando, maldiciendo, pero no le sirvió de nada.

Despertó en su cama, sabía que no había sido un sueño más, sabía muy bien lo que significaba, por eso se entristeció y sufrió, pero no se sorprendió cuando una semana más tarde su hermano mayor murió de un infarto mientras corría para alcanzar el autobús. Ni cuando un año después su hermano mediano desaparecía en un accodente aéreo. Pero jamás temió por su hermano pequeño.

2 comentarios:

papito dijo...

Cada día me gusta más, por favor que 2019, sigan tus relatos 👍👍👍

Ronin, Er Padawan dijo...

Gracias, así se hará.