9/23/2019

Escuadrón Delta: Episodio IV

Nueva entrega de vuestro Podcastdrama favorito. Con una nueva incorporación al elenco de voces, Luci, a quien doy las gracias, además de los habituales, Pepita Parker, Isa y DarkCrow.

Espero que lo disfruteis.

En audio:

Y en texto:

Los tres cazas V-19 que habían sido asignados al escuadrón Delta, descansaban sobre el
suelo del hangar. Estaban recién re-acondicionados por los mecánicos. Había sido un
trabajo arduo, los técnicos tuvieron que improvisar, ya que no disponían de todas las
piezas de recambio necesarias, por lo que les tocó adaptar otros componentes como
mejor pudieron. Aún así, habían conseguido dejarlos operativos en unas pocas semanas.
Ronin no había podido volar en ese tiempo, ya que había destrozado su caza tie en los
últimos entrenamientos, debido a una arriesgada maniobra que le permitió no ser
expulsado del escuadrón. Si bien, había contado con algo de ayuda de Keyna, la líder
Delta. El piloto aprovechó el tiempo de inactividad con sesiones intensivas en el simulador
de vuelo, el cual había sido configurado para emular las particularidades del caza V-19.
Finalmente había llegado el día de probar la nueva nave. En los últimos tiempos, un grupo
conocido como La Rebelión, se había dedicado a atacar los convoyes de suministro de
combustible. De esta forma lograba aprovisionar sus propias naves del preciado fluido
que precisaban para funcionar, al tiempo que dejaban al Imperio sin suministros. La
Rebelión estaba declarado por el Imperio como un grupo terrorista y paramilitar. Fanáticos
que trataban de sembrar el caos y la destrucción, amén de restaurar la corrupta Antigua
República.
El alto mando del Sector Yucrales, donde estaba ubicado el Destructor Nexu, había
decretado escoltar todos los envíos. Las minas de combustible, se encontraban en un
cinturón de asteroides. Por supuesto la misión de protegerlo recaía en los escuadrones
Alfa, Beta y Gamma. El Delta tenía la misión de escoltar a un segundo grupo de
cargueros, que transportaban otros minerales que también procedían de las minas, pero
que tenían mucho menos valor económico y estratégico.
Ronin se acercó al que a partir de ahora iba a ser su caza y lo contempló con
detenimiento. Cuando los encontraron, los cazas llevaban los colores y emblemas de la
Antigua República, cosa totalmente inaceptable para el comandante Cross, por supuesto,
tuvieron que repintarlos con los colores del Imperio: gris, blanco y negro, dándoles un
aspecto siniestro.
- ¡Hola! – le saludó alguien desde la cabina.
Se trataba de Ayla Darnik. Una talentosa mecánica, que había supervisado la restauración
de los cazas. Ronin había coincidido con ella en la academia de pilotos, pues al principio
ella optaba a ese puesto, pero tras un aparatoso accidente de vuelo, había decidido
cambiar su vocación.
- ¡Hola! -respondió Ronin -¿Ya está lista esta preciosidad?
- Sí. – dijo con un tono de voz serio – Ya está todo apunto. Sobre todo los sensores y
comunicaciones.
Ella lo miró esperando algún tipo de reacción a su comentario.
- No sabes de que te hablo, ¿verdad? - dijo Ayla. - Ahora me dirás que no tienes ni idea
de porqué me han ordenado hacerle algunas modificaciones en secreto solo a tu caza.
- ¿Modificaciones secretas? ¿Qué modificaciones secretas? ¿Quién …?
- Por ahí viene Keyna. – le interrumpió Ayla con un susurro. - ¡Hola teniente! Los V-19
están listos y a su disposición.
- Estupendo. – dijo Keyna. Miró con ojos inquisitivos a Ronin y Ayla. - ¿He interrumpido
algo?
- Solo le estaba recordando a Kodos que, si destroza otro caza, yo misma le echaré al
espacio por la escotilla más cercana. – Ayla hizo un saludo militar y se retiró a supervisar
el resto de cazas.
- ¿Kodos? – repitió la líder Delta.
- Es mi nombre, Kodos Klovys Kolt , mitad alderaniano, mitad mandaloriano, todo corazón.
Lo de Ronin es un mote que me pusieron en la academia de vuelo.
- A ver si adivino, tu madre era una pacifista de Alderaan y tu padre un guerrero
Mandaloriano.
- Más bien al revés.
- Ya veo. Bueno, basta de cháchara. Es hora de ganarse el sueldo. Y recuerda, si rompes
este caza, Ayla no tendrá que lanzarte por esa escotilla, porque lo haré yo.
Todos los pilotos fueron hacia sus cazas. Keyna había preferido quedarse con caza tie,
había combatido en varias batallas con aquella nave, y creado un vínculo con ella.
Ronin examinó atentamente su nuevo caza, y empezó a darse cuenta de lo que había
tratado de explicarle Ayla. Los sensores de la nave habían sido mejorados, y además del
comunicador estándar que había en todas las naves imperiales, habían instalado un
holocomunicador cifrado. Estaba bloqueado de manera que solo podía recibir
transmisiones, pero no emitirlas. ¿Qué estaba pasando allí? ¿Quién había ordenado
hacer aquello? Obviamente no había sido Keyna, y seguramente tampoco el Comandante
Cross. ¿Quién entonces? Y más importante. ¿Por qué? Sospechaba que pronto lo
averiguaría.
El escuadrón despegó del hangar y se desplegó en formación, delante y detrás de los
cargueros.
- Formación cerrada. - ordenó Keyna – No os desviéis de la ruta, sino queréis que los
asteroides os conviertan en puré de Bantha.
El escuadrón, así como los cargueros se apiñaron. Las rutas dentro del cinturón de
asteroides eran seguras, pero también muy estrechas. Desviarse, aunque solo fuera un
poco, suponía estrellarse contra una roca gigantesca.
- Recordad.- continuó Keyna. - El punto de salto al hiperespacio está solo a 2 clicks de la
salida del campo de asteroides. Estad atentos.
- Recibido mi teniente. - respondió Yula San. Yula era una vieja amiga de Keyna,
prácticamente se podía considerar como su mentora. Le había enseñado como sobrevivir
y ascender en un lugar tan corrupto y machista como era el Imperio. Keyna la había
ascendido al puesto de Delta 2, en cuanto la nombraron lider del escuadrón. - ¡Vamos
Deltas! ¡Demostremos de qué estamos hechos!
Las naves zizaguearon entre los asteroides con rapidez. Rápidamente alcanzaron la
salida y pusieron rumbo directo al punto de salto. Ahora que tenían suficiente espacio
libre, los cazas se abrieron un poco para poder maniobrar mejor y poder proteger a los
cargueros. El avance era muy lento, ya que las naves de carga, 14 cargueros pesados, de
la clase H, no estaban diseñadas para alcanzar grandes velocidades.
De pronto, lo que más había temido Ronin desde que se sentó en la cabina de su caza,
ocurrió. El holocomunicador cifrado se activó. Estaba recibiendo una llamada. Un
holograma de unos diez centímetros se desplegó sobre el panel de mandos del V-19. Se
trataba de un hombre, que vestía un uniforme de oficial. A Ronin le costaba trabajo
distinguir los detalles, debido al escaso tamaño y definición del holograma, pero estaba
casi seguro de que no llevaba ninguna insignia que identificase el rango de su interlocutor.
- Cadete Kodos. - dijo la figura del holograma. - Me alegra conocerle al fin.
- No se ofenda señor, pero… ¿Quién es usted?
- Puedes llamarme Raymius. A partir de hoy le asignaré algunos objetivos adicionales en
sus misiones. Deberá cumplirlos, aunque esto no anula el resto de los objetivos de la
misión. ¿Queda claro?
- Si, señor, pero deberé informar a la Jefa, quiero decir, a la Lider del Escuadrón y…
- No será necesario. Mi código de autorización será suficiente.
Una transmisión cifrada de códigos de autorización llegó a la computadora de la nave.
- Código de autorización THX-1138. - anunció la computadora.- Código validado. Prioridad
Aurabesh.
Ronin sintió un nudo en el estómago. El código no era militar y sin embargo tenía una
autorización mucho más alta que la del mismísimo comandante Cross. Tal vez incluso
mayor que la de un Almirante.
- Bien. Su objetivo adicional. – continuó Raymius- Es escanear a fondo todos los
cargueros, no basta un análisis superficial, debe descubrir exactamente todo lo que
transportan: carga, tripulación... todo. Si alguno de los cargueros lleva algo que no esté en
el manifiesto oficial, tendrá que informarme a mí y solo a mí.
- Sí, señor.
- Y recuerde, estos objetivos son confidenciales, así que no deberá hablar de ellos con
nadie.
La transmisión se cortó abruptamente. Ronin examinó la situación de las naves. Todo
estaba tranquilo, el convoy seguía su curso lentamente, pero la distancia hasta el punto
de salto al hiperespacio no era muy grande y ya habían recorrido más de la mitad del
trayecto. Aún tenía que examinar 14 cargueros, no tenía mucho tiempo. Manipuló los
sensores de la nave y escaneó el más cercano. Mientras le pedía a la computadora que
comparara las lecturas que obtuviera con el manifiesto de carga. A pesar de los nuevos
sensores, solo pudo obtener una lectura superficial. Los cargueros pesados eran
inmensos y si quería examinarlos a fondo, tendría que acercarse mucho, hasta la posición
punto cero. Con una maldición ahogada, desvió la energía auxiliar a los motores. El caza
V-19 salió disparado hacia delante.
El caza de Ronin pasó rozando el casco del primer carguero. Los sensores obtuvieron
una lectura completa.
- Coincidencia con el manifiesto del 100%. - anunció la computadora.
Rápidamente cambió el curso hacia el segundo carguero.
- Distancia hasta el punto de salto, cero punto cuatro cliks. - dijo Keyna por el
comunicador. - Vamos escuadrón, ya casi estamos.
Ronin aceleró aún más, a pesar de que pasar tan cerca de los cargueros a esa velocidad,
podría traducirse en un choque catastrófico. Pero no tenía otra opción, en cuanto
alcanzaran el punto de salto, los cargueros pasarían a la velocidad de la luz y Ronin no
podría terminar su misión.
Pasó rozando un carguero tras otro, mientras rezaba para que ninguno alterara su rumbo.
- ¿Qué hace Delta 4? - preguntó Yula - ¿Se ha vuelto loco?
- ¿Qué? - respondió Keyna – Estaba tan concentrada vigilando posibles ataques de fuera,
que aún no había visto lo que hacía Ronin. - ¡Delta 4! ¿Se puede saber que haces?
- Hola Jefa, solo estoy… eeeeh… calibrando los motores.
Ronin encaró otro carguero, ya solo le quedaban 5, pero ya casi habían llegado al punto
de salto.
- ¡Delta 4, vuelve a la formación inmediatamente! - rugió Keyna.
- En seguida Jefa, en seguida. - Ronin cerró el comunicador, a sabiendas de que eso
enfurecería a Keyna. - ¿Distancia hasta destino? - preguntó a su computadora.
- Cero punto dos clicks.
Pasó por encima de otro carguero.
- Coincidencia con el manifiesto del 100%.
Analizó dos más.
- Coincidencia con el manifiesto del 100%. Distancia a destino cero punto un click.
Aún le quedaban cinco cargueros, pero estaban muy separados entre sí, no le iba a dar
tiempo a examinarlos todos.
- ¡Karabast! - maldijo Ronin frustrado. Desperdició un valioso segundo, sin saber que
hacer. Finalmente confió en su instinto, y se lanzó rumbo al carguero que estaba más
alejado.
- Distancia a punto de salto cero punto cero uno.
El carguero activó su hiperhimpulsor justo en el momento en que la nave de Ronin pasó
rozando su casco.
- Coincidencia con el manifiesto del 95%. Discrepancia detectada.
Ronin examinó los datos. El carguero contenía dos contenedores más de los debidos, y
estaban llenos de combustible. Disminuyó la velocidad, y retorno a su lugar en la
formación. Cuando volvió a conectar el comunicador, casi esperaba una retaila de
insultos, pero Keyna tenía una voz calmada aunque gélida.
- Escuadrón. Volvemos al hangar del Nexu. Delta 4, cuando aterricemos, espero su
informe.
- Sí, Jefa.
Keyna no contestó, pero casi inmediatamente se activó el holocomunicador. La figura de
Raymius volvió a aparecer.
- Informe, cadete Kodos.
- He examinado 10 de los 14 cargueros. El carguero H-10, tenía una discrepancia con el
manifiesto, señor. Dos contenedores extra de combustible.
- Estupendo.
- Señor, lo siento no pude examinar todos los cargueros y…
- No importa, ha hecho un excelente trabajo. Estaremos en contacto.
La comunicación se cortó. Ronin se quedó en silencio. Volvió hasta el hangar sumido en
lúgubres pensamientos. Keyna le estaba esperando y no estaba contenta.
- ¿Me va a explicar a que demonios ha venido todo eso cadete?
- Lo siento Jefa, yo...
- No me llame Jefa. A partir de ahora se dirigirá a mí, como “Mi Teniente” o “Lider Delta”.
¿Está claro?
- Cristalino. Mi teniente.
- ¿Y bien? ¿Como justifica sus actos cadete?
- No puedo hacerlo, mi teniente.
- Los dos próximos turnos los pasará haciendo servicio Droide. Limpiará las letrinas. A ver
si así espabila.
- Sí, mi teniente.
Keyna se marchó y Ronin se quedó solo en el hangar. Contra más pensaba en ello, más
convencido estaba de que Raymius sabía exactamente en que nave iba el cargamento
ilegal. Por eso no le había importado lo más mínimo que 4 de los cargueros no hubieran
sido examinados. Además tuvo tiempo de sobra para comunicarle la misión. Si se lo
hubiera dicho antes, hubiera podido completarla sin problemas. Con un suspiro Ronin se
encaminó hacia las letrinas.

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