10/07/2007

Perdón por el retraso

Vaya, parece que sigo con mis problemillas de constancia. Esta claro que lo mío no es la perseverancia. Bueno aquí están los dos microrelatos, con sólo dos semanas de retraso.

"Lo siento, hicimos lo que pudimos. Está muerto". Las palabras resonaron por toda la estancia. Las sombras de las esquinas parecieron volverse más oscuras y un espectro se reflejó en el frío cristal de la ventana.

- No. Aún hay esperanza. – susurró mi marido. La última vez que puso esa mirada, infringió siete normas del hospital y cinco leyes. Casi perdió la licencia de cirujano, pero salvó la vida de un paciente desahuciado.

La operación duró una eternidad, pero no desfalleció ni abandonó. Finalmente las sombras de las esquinas desaparecieron y el espectro abandonó la ventana aullando. El ojo-botón del elefante volvía a estar cosido en su sitio.

"Lo siento, hicimos lo que pudimos. Está muerto". El dolor y la sensación amarga de la pérdida me invaden, como si una gigantesca ola me revolcara por el fondo del mar. La desesperación y la ira no tardarán en aparecer.

Me cuesta pensar, me cuesta recordar. Mi mente navega entre océanos de confusión. Trato de buscar consuelo en los que me rodean. Y por fin la luz de la comprensión arde en mi cerebro. ¡La doctora no me está hablando a mí, sino de mí!

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