Pues no, tuvimos solazo (eso sí, la máxima era de unos ocho grados bajo cero). Así que nos subimos al autobús y nos fuimos a visitar el Palacio de Peterhof.
Realmente a nosotros no nos costó demasiado orientarnos. Siempre encontrabas a alguien dispuesto a orientarte e indicarte que autobús tenías que coger. En ese sentido la gente más dispuiesta a ayudar era la gente mayor, los jóvenes se limitaban a decir "No hablo ingles, lo siento". Mientras que la gente mayor que tampoco hablaba inglés, pero se esforzaba por tratar de entenderte y ayudarte.
Finalmente llegamos al Palacio y los Jardines de Peterhof, que como podreis ver, es un sitio realmente impresionante.
Bonito, ¿verdad? A mí me solo me venía a la cabeza la expresión "Versalles con nieve". Cosa rara, ya que yo nunca he estado en Versalles, ni en Francia ya puestos. Pero bueno, mi cerebro funciona como funciona y no nos vamos a extrañar a estas alturas.
Tras la vista al palacio, nos volvimos a San Petersburgo y decidimos realizar nuestro segundo intento de visitar el museo Hermitage.
La verdad es que se ve mucho mejor sin ventisca. Y encima esta vez, pudismo acceder al interior.
El resto de la tarde, lo pasamos dando un paseito, por las calles de la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario