7/12/2016

La ruina de Tokha (capítulo 2)

Vamos con la segunda parte del relato rolero, ambientado en el universo Star Wars. Si aún no habéis leído el capítulo 1, aquí teneis el enlace [capítulo 1].
Pd1: Gracias a mis compañeros de rol por participar en estas aventuras y a sus respectivas parejas por su infinita paciencia. ;)
Pd2: Agradecimiento especial a ErGon, suya fue la idea de contar en forma de relatos nuestras aventuras y además ha tenido a bien hacer las correcciones oportunas, tanto a este texto como al capítulo anterior.
Pd3: Próximamente nuevas aventuras de nuestros héroes. Permanezcan atentos. :)


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Los viajes hiperespaciales suelen ser aburridos. Para poder viajar a velocidades superiores a la de la luz, lo que es un requisito indispensable si se quiere recorrer la galaxia en cuestión de días en lugar de tardar miles de años, las naves espaciales deben entrar en una dimensión paralela conocida vulgarmente como hiperespacio. Las velocidades que allí se alcanzan son inimaginablemente elevadas, por lo que la ruta a seguir debe estar planificada por una computadora que debe realizar centenares de complejos cálculos, que un ser orgánico no sería capaz de abordar.

Todo esto, unido al hecho de que las vistas en el hiperespacio son bastante tediosas, no se pueden distinguir ni estrellas, planetas o nebulosas, sino que todo el paisaje se resume en blancas líneas de luz, hace que el viaje se convierta en algo muy poco atractivo. A menos claro, que surja algún tipo de complicación.

Este viaje a bordo de la lanzadera imperial, se estaba haciendo demasiado interesante.

- ¡Maldita sea! – masculló Jusel. – El distribuidor de energía de esta nave tiene más fugas que una prisión sin muros ni guardias.
- ¿De dónde salen tantas averías? – protestaba BN3K, mientras reprogramaba por tercera vez el soporte vital. – Durante nuestra huida del planeta apenas nos alcanzaron los disparos de esos imperiales. Esto no debería estar en tan mal estado.
- No es eso, sencillamente esta nave es una chatarra. – sentenció Jusel.
- Creo, que Tanoom no le robó esta lanzadera al Imperio, se limitó a comprarla en un desguace.
Korso, asomó la cabeza, desde detrás de un mamparo.
- ¿Necesitáis ayuda? Podría…
- ¡No! – respondieron Jusel y el androide al unísono.
- Pero…
- Todos recordamos lo que pasó la última vez que ajustaste los controles ambientales. – regoznó BN3K.
- Un poco de frío no hace daño a nadie. – se defendió Korso.
- Se me congelaron los sensores auditivos.
- Y yo sufrí una hipotermia.

La alerta de proximidad libró a Korso de la necesidad de responder.

- Por fin hemos llegado al Sistema Lashbane. – dijo Jusel dirigiéndose hacia la cabina. – Preparados para salir del hiperespacio.

Los motores ronronearon suavemente y las tediosas líneas blancas del hiperespacio dieron paso al firmamento estrellado.

La lanzadera se encaminó al tercer planeta del sistema, una enorme bola rojiza surcada por mares de color esmeralda.  

El Ala X de Chrow se acercó a la lanzadera y en seguida los estentóreos rugidos del wookie surgieron por el comunicador.

- ¿Cómo que tienes que irte? – protestó Jusel – Esta es tu misión, nosotros sólo teníamos que echarte una mano.

La respuesta del wookie sonó compungida, pero firme.

- ¿Una emergencia? Está bien, nosotros terminaremos tu misión. Pero nos deberás una.
Chrow rugió satisfecho.
- ¿Una ronda de cerveza coreliana? Te va a costar bastantes rondas. -Replicó Korso.

El wookie soltó una alegre carcajada y gruñó una despedida en su gutural idioma. Su Ala-X saltó al hiperespacio con un suave fogonazo. 

- Yo no bebo cerveza. – protestó débilmente el droide.
- ¿Y a quién le importa? – respondieron al unísono Jusel y Korso.

Mientras la lanzadera se dirigió al planeta. El tráfico de entrada y salida de naves era bastante fluido y no les costó demasiado obtener permiso para aterrizar en el espaciopuerto principal.
Korso y BN3K se prepararon para salir de la nave, pero Jusel se limitó a coger su caja de herramientas.

- ¿No vienes? – le preguntó el androide.
- Será mejor que me quede a arreglar este trasto. Si tenemos que librar otro combate, no tendremos tanta suerte como la última vez.
- De acuerdo. Nosotros iremos a encontrarnos con ese tal Kre’lis.
- ¿Os acordáis de la contraseña acordada?
- Si, tranquilo. – respondió Korso.

La plataforma de atraque estaba despejada. No había ni rastro del contacto.

- ¿Y ahora qué? – se preguntó el droide – En teoría no debemos buscar a nuestro contacto. Él debe encontrarnos a nosotros.
- No te preocupes. Sólo tenemos que seguir el procedimiento estándar.
- ¿Procedimiento estándar?
- Si, nos vamos a la cantina más cercana y esperamos.
- No creo que eso sea…

La puerta de acceso a la plataforma se abrió en ese instante y entraron cuatro soldados de asalto imperiales, seguidos de un oficial.

- Esto se pone interesante. – susurró el droide.

Antes de poder decidir que iban a hacer uno de los soldados de asalto se adelantó hacia ellos.

- El comandante. – dijo señalando al oficial que venía tras él – quiere hablar con ustedes.
- Como no. - Respondió Korso, tratando de mostrarse despreocupado. BN3K permaneció a su lado con frío silencio mecánico.

El oficial se acercó pausadamente y les echó un rápido vistazo. Cuando se dio por satisfecho, empezó a hablar.

- Buenos días. ¿Serían tan amables de decirme de dónde vienen y cuál es el motivo de su estancia aquí?

Por un momento Korso pensó en dar una procedencia falsa, pero los imperiales no tardarían mucho en comprobar la veracidad de sus afirmaciones.

- Venimos del planeta Leritor. Hemos sufrido unas averías en nuestra nave y decidimos parar aquí para hacer las reparaciones necesarias.
- Interesante. Es raro, que pudieran salir de ese planeta, puesto que se ha declarado un bloqueo en todo ese sistema. Por lo visto el Capitán Tokha, está muy interesado en capturar a unos sujetos. Dos humanos y un droide.
- ¿En serio? – respondió Korso, tratando de aparentar indiferencia.
- Dígame. ¿Cómo consiguieron saltarse el bloqueo?
- Nosotros salimos sin problemas del planeta. – respondió BN3K – Supongo que el bloqueo se produjo después de nuestra salida del planeta.
- Eso es muy improbable. – replicó tranquilamente el oficial Imperial. 

Por un momento, Korso se quedó sin palabras, e instintivamente su mano se acercó a la pistola blaster que colgaba de su cinturón. Los soldados lo notaron y se pusieron en guardia.

- Yo que usted no haría eso. – dijo tranquilamente el oficial.

BN3K llevaba un rato pensando en la situación, y había algo que no le cuadraba. Los imperiales no deberían estar tan preocupados sobre el lugar de procedencia de su viaje. Deberían estar más centrados en averiguar por qué dos civiles tienen en su poder una lanzadera imperial.

- Haríamos bien – dijo el androide, mientras miraba directamente a su compañero – en calmarnos y pensar mejor en lo irónico de esta situación.

Korso le observó un segundo sin comprender, pero enseguida se hizo la luz en su cerebro. 

- Es verdad. – dijo retirando la mano del blaster y marcando con especial énfasis sus siguientes palabras – Realmente sería una fuerte ironía si acabáramos a tiros por un malentendido.
- Ciertamente. –dijo el oficial con una sonrisa- La ironía del Imperio empaña la libertad del fuerte.

Tal y como había sospechado BN3K, habían encontrado a su contacto. Todos se relajaron notablemente.

- Creíamos que no iban a llegar. – dijo el oficial – Nos dijeron que tuvieron un buen combate en órbita.
- Un par de cazas y un interceptor. Nada que no pudiéramos manejar. – presumió Korso.
- No te olvides del destructor estelar y las patrullas en tierra. – aportó BN3K.

Uno de los soldados de asalto silbó asombrado.

- ¿Lograsteis saltar el bloqueo con esa chatarra? – dijo señalando a la lanzadera.
Korso se limitó a encogerse de hombros y sonreír.
- Dicen que el Capitán Tokha está furioso y desesperado por encontrar a unos contrabandistas que le fastidiaron un negocio muy importante. – Aportó otro soldado – ¿Fuisteis vosotros?
- ¿Tokha? – le susurró Korso a su compañero androide, mientras volvía a encogerse de hombros - ¿No se llamaba así aquel oficial imperial al que le fastidiamos aquella operación minera?
- Sí. – le respondió con un siseo metálico. – O es un tipo muy rencoroso o aquel negocio era más importante de lo que parecía a primera vista.
- Creo que tienen algo para mí. – interrumpió el oficial.

BN3K le dio el paquete que les había entregado Tanoom, dentro del cual había un fragmento de lo que parecía ser una caja de datos. Las cajas de datos, eran pequeños cubos, del tamaño aproximado de un puño. Solían estar equipados con un disco duro para almacenar información, un puerto de conexión, una batería y un proyector holográfico para mostrar la información. En realidad eran una copia tecnificada de los antiguos holocrones jedi. Servían para almacenar información de forma segura, ya que solían llevar un excelente cifrado. Este modelo en concreto, tenía la capacidad de dividirse en tres fragmentos y solo permitía acceder a la información cuando las tres partes estaban ensambladas entre sí.

El oficial extrajo un segundo fragmento y procedió a unirlo con el que le había entregado el androide. Ambas secciones se ensamblaron sin problemas. 

- Excelente. Ahora solo queda que llevéis estos dos fragmentos a Bothawi. Aisk Kre’lis os espera allí con el tercer fragmento. – dijo mientras le daba a Korso la caja de datos. – Es fundamental que esto llegue a sus manos lo antes posible.
- ¿Se puede saber qué información contiene? Por una vez me gustaría saber porque estoy arriesgando la vida.
- Lo cierto es que no lo sé. Lo único que tengo claro es que es información de alto secreto del imperio. Un encargo del Emperador en persona. Así que mejor será que lo manejéis con cuidado.

Korso no pudo reprimir un escalofrío. Si la mitad de las cosas que había oído sobre el Emperador eran ciertas, el contenido de esa caja sería altamente peligroso. En ese momento, su  instinto le advirtió de que algo iba mal. Dejándose llevar por la Fuerza, su mano agarró el blaster de su cartuchera y sin apenas mirar disparó a una oscura esquina de la plataforma de atraque. Una sonda imperial de espionaje reventó en una pequeña explosión.

- A veces me das miedo. –dijo BN3K – Y eso que soy un androide.
- A veces me doy miedo. - respondió sinceramente Korso.
- ¿Cómo demonios...?- acertó a exclamar el oficial. – Es igual. – dijo recuperando la compostura. -  No creo que haya tenido tiempo de informar sobre nosotros, pero por si acaso deberíais cambiar de nave. De todas formas, ya se ha corrido la voz de que una lanzadera escapó del bloqueo y el Imperio está revisando todas las que hay en este sector. Afortunadamente tenemos un par de cargueros, os prestaremos uno.

Korso y BN3K, corrieron en la lanzadera para recoger sus pertenencias y avisar a Jusel.

- ¿Estáis de broma? – protestó el contrabandista – Acabo de reensamblar este trasto. Lo he dejado mejor que nuevo.

Un cable de conducción de energía se soltó en ese momento, dejando el interior de la lanzadera a oscuras.

- ¡Ni una palabra! – amenazó Jusel.

Los tres compañeros salieron a la plataforma, donde les esperaba el oficial imperial y los soldados, los cuales les escoltaron a otro hangar. Allí estaba un carguero modelo VCX-100. 


Carguero VCX-100 (Sombra Furtiva)


- Bonita nave. – dijo BN3K – Un modelo estupendo.
- Caballeros, este es el Sombra Furtiva. Por favor, trátenlo bien.
- No os acostumbréis a esta chatarra. – resopló Jusel – En cuanto terminemos este encargo recuperaremos mi nave.
- No sé yo, si Tanoom conseguirá recuperarla. Yo en tu lugar me iría haciendo a la idea de cambiar de nave. – le respondió Korso
- ¡Ni lo sueñes!

El grupo se despidió rápidamente del oficial imperial y sus hombres y montaron en el carguero espacial. El Sombra Furtiva no era una nave demasiado moderna, pero estaba bien cuidada y en mucho mejor estado que la lanzadera.

Jusel fue directo al asiento del piloto e inició el despegue con cierta brusquedad. 

- ¡Hey! – protestó BN3K desde el asiento del navegante. – Creía que eras un buen piloto.
- ¡No es culpa mía! Los mandos de esta cosa son demasiado sensibles.
- No es que sean muy sensibles, es que los mandos de dirección del Pájaro Escurridizo son más duros que un asteroide.
- Ni una palabra más o te echo de una patada.

Korso se fue a la torreta, activó el intercomunicador y empezó a dar energía a los cañones. Su instinto demostró estar una vez más en lo cierto, pues nada más alcanzar la órbita del planeta, los sensores de la nave avisaron de dos cazas interceptores en rumbo de colisión con el carguero. Y en el horizonte se divisaban las siluetas triangulares de tres inmensos destructores estelares.

- ¿Cómo van esos cálculos de astronavegación? – preguntó Korso desde la torreta.
- Cinco minutos. – respondió BN3K, que se afanaba con el computador de navegación.
- Chicos este cubo de lata no tiene escudos deflectores. – anunció Jusel – Un par de disparos directos y estamos fritos. Otra razón más por la que el Pájaro Escurridizo es mejor que el Sombra Furtiva.
- ¡Cállate! – le respondieron al unísono sus compañeros.

Los dos interceptores alcanzaron rápidamente al Sombra y dispararon al unísono. Jusel los esquivó con una agresiva maniobra. Los motores gruñeron por el esfuerzo. Korso se concentró en el movimiento de uno de los cazas ignorando todo lo demás. Lo fijó en la mira del cañón laser y le envió una salva de fuego laser. La nave imperial no pudo soportar el ataque y quedó volatilizada en el espacio.

Pero el otro caza no se dio por vencido, aprovechando su mayor velocidad y maniobrabilidad se colocó en la parte ventral del Sombra Furtiva y disparó una ráfaga que Jusel no pudo esquivar. Las luces del carguero se apagaron, dejándolo sólo con la iluminación de emergencia, uno de los estabilizadores laterales quedó destrozado comprometiendo la maniobrabilidad de la nave y los pitidos de alerta se oyeron por toda la nave.

- ¡Otro impacto como ese y estamos muertos! – gritó Jusel.
- ¡Aguantad! – respondió BN3K – ¡En dos minuto tendremos los cálculos de navegación y podremos saltar al hiperespacio!

Las dos naves se enzarzaron en una danza mortal. El caza imperial usaba su velocidad para encarar el lado más vulnerable del carguero y así enviarle una última ráfaga letal, mientras Jusel daba bandazos de un lado a otro, tratando de evitar que su enemigo pudiera enfilarlos.

- Cuando te avise. – dijo Korso- Deja de dar tumbos y mantén el rumbo.
- ¿Estás loco? – respondió Jusel. – Nos vaporizará.
- Confía en la Fuerza.
- ¡Maldita sea tu Fuerza!
- ¡Ahora!

El contrabandista enderezó la nave. El caza imperial quedó justo enfrente de la cabina con los cañones apuntando al frente. Él y BN3K se prepararon para morir. Pero Korso fue increíblemente rápido y de un certero disparo destruyó a su enemigo.

- Un disparo fantástico. – dijo el droide con admiración robótica.
- No vuelvas a pedirme algo tan absurdo en tu vida. – pidió el contrabandista.

Un pitido del computador de navegación les avisó de que ya podían saltar al hiperespacio. Las estrellas se convirtieron en tediosas líneas blancas y la calma se impuso en la pequeña nave.

El viaje hasta Bothawi, fue tremendamente tranquilo. Jusel y BN3K se dedicaron a hacer reparaciones de emergencia, mientras Korso intentaba no tocar nada. Para cuando llegaron a su destino, habían conseguido restaurar las luces y el estabilizador lateral había sido más o menos remendado.

- La verdad es que no es mala nave. El casco es sólido, otra nave no hubiera aguantado este castigo. – reconoció a regañadientes Jusel. - Aunque el Pájaro Escurridizo también lo hubiera aguantado. – se apresuró a añadir.

Aterrizaron en el espaciopuerto principal de Bothawi, sin demasiados inconvenientes.

- Esta vez deberíamos contratar a un mecánico. – dijo Jusel mientras salían de la nave.
- Sí y habrá que cambiar ese estabilizador, no creo que el parche que hemos hecho aguante.

Un grupo de mecánicos bothan, les esperaba en la entrada del hangar.

- El encargado del espaciopuerto quiere hablar con ustedes, nosotros nos encargaremos de las reparaciones.
- Pero si nosotros… - empezó a decir Korso
- No se preocupen. – le interrumpió uno de los mecánicos – El coste de las reparaciones ya ha sido abonado.
- En ese caso, procedan libremente.

Al salir del hangar les esperaba otro bothan, quien seguramente era el encargado del espaciopuerto y un wookie que les resultó muy familiar.

- ¡Chrow! Te has perdido toda la diversión. – le dijo Jusel. - ¿Dónde estabas? Tu Ala-X nos hubiera venido muy bien.

El wookie lanzó un gruñido de disculpa. Seguido de una larga explicación.

- Sí, ya veo que tú también has tenido lo tuyo.
- Si fueran tan amables. – interrumpió el encargado. – Será mejor que sigan esta conversación en otro lugar más oportuno.

El grupo se subió a un aerodeslizador, que les llevó hasta un lujoso edificio, con aire señorial. Una vez dentro, les llevaron a un lujoso salón, donde les esperaba otro bothan. Por sus ropas se podía adivinar que pertenecía a la aristocracia.

- Soy Aisk Kre'lis. – se presentó omitiendo cualquier ceremonia. Estaba claro que estaba deseoso de ir directamente al grano. 

En su mano llevaba un fragmento de una caja de datos. Sin decir una palabra, Jusel le entregó los dos fragmentos restantes. En cuanto ensambló los tres trozos, la caja de datos emitió una serie de zumbidos. Kre'lis pulsó un botón en una de las caras de la caja y esta proyectó una imagen holográfica de una gigantesca estación espacial. Era casi una esfera, con una trinchera ecuatioral y en la parte superior había una especie de cráter en cuyo interior se albergaba un poderoso cañón. También se proyectaron un montón de textos con especificaciones técnicas. El bothan los examinó por encima y silbó entre admirado y aterrado.

- Tiene el tamaño de una luna pequeña, y el poder necesario para destruir un planeta entero.
- ¡Imposible! - exclamó Korso – No existe una nave capaz de hacer eso.
- No solo es posible sino, que ya están finalizando su construcción. Haré llegar esto a la Rebelión, lo antes posible. Ellos encontrarán la forma de parar esta locura. - sentenció Kre'lis. - Ellos sabrán como destruir esta Estrella de la Muerte.

5/19/2016

La ruina de Tokha (capítulo 1)

Hola a todos. El otro día quedé con unos colegas para jugar una partida de rol, que es una de esas aficiones de la infancia, que tengo el gusto de compartir con mis amigos. Después de un largo parón de muchos años, por fin hemos conseguido sacar hueco en nuestras apretadas agendas y ahora quedamos de tanto en tanto para echar unos vicios. En fin, que el otro día empezamos una nueva aventura del juego de rol de Star Wars y aprovechando que hace mucho que no escribo relatos, tomé notas de todo cuanto aconteció en la partida y lo transcribí en forma de relato. Este es el resultado, espero que os guste.

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Korso se despertó sobresaltado. Todo estaba tranquilo en su diminuto apartamento y ningún ruido sospechoso provenía del exterior. Sin embargo, lo que le había despertado era la acuciante sensación de que algo iba mal.

Se levantó y examinó el habitáculo pistola en mano, pero nada estaba fuera de lugar y sin embargo, la sensación iba en aumento. Estaba a punto de convencerse a sí mismo de que todo era una alucinación, cuando las alarmas empezaron a sonar.

Salió a la calle, donde la gente había empezado a correr como mynocks sin cabeza. En seguida identificó la causa de las alarmas. Naves de transporte imperial, cargadas de soldados de asalto, habían empezado a descender sobre la ciudad. No importaba lo que estuviesen haciendo allí los imperiales. Un hombre con los antecedentes penales de Korso no tardaría mucho en ser detenido y procesado.

Su primer impulso fue echar a correr al espaciopuerto y llegar a la nave, seguro que sus compañeros ya estaban de camino. Pero mucho antes de llegar allí, se dio cuenta de que no lo lograría. Un par de lanzaderas lambda acababan de aterrizar en el espaciopuerto y los soldados de asalto estaban tomando posiciones. Rápidamente echó mano del comunicador para tratar de contactar con Jusel y BN3K, sus compañeros, pero un fuerte sonido de estática le recordó que la primera regla del protocolo de actuación imperial es interceptar las comunicaciones.

Jusel era un intrépido piloto humano y BN3K un droide antropomórfico que había desarrollado una curiosa personalidad y un extraño gusto por el pirateo informático. Los tres se habían conocido hace algún tiempo y formaban un curioso grupo que se dedicaba al transporte de mercancías “delicadas” (que no es sino otra forma de decir contrabando) a bordo de un viejo carguero modificado, llamado “El pájaro escurridizo”.


El Pájaro Escurridizo (no, no es el Ebon Hawk) ;)


- ¿Qué puedo hacer? - se dijo a sí mismo Korso.

Si se quedaba mucho tiempo deambulando por la calle, los imperiales no tardarían en fijarse en él. La mayoría de la gente ya se estaba refugiando en sus casas y pronto solo quedarían imperiales y aquellos que no tuvieran donde esconderse. Volver a su apartamento no era una opción, eso solo retrasaría lo inevitable. Debía reunirse con sus compañeros, pero ¿cómo encontrarlos? En seguida halló la respuesta. Sin duda ellos habrán ido a la taberna de Tantu.

Tanoom era el clásico elemento que los imperiales siempre querían capturar, pero nunca lo conseguían porque esa rata de alcantarilla siempre tenía un plan de huida. Rápidamente encaminó sus pasos hacia la taberna y tal como esperaba sus compañeros ya estaban en la puerta, donde les habían interceptado un grupo de guardaespaldas de Tanoom.

- ¿Dónde se ha metido? - exigía saber Jusel.
- ¡Largo de aquí! - le respondió un guardia twi'leck especialmente corpulento. - Tanoom se ha largado y nos ha dejado al cargo para que nadie saquee el local en su ausencia.
- No estamos interesados en robaros la recaudación. – apuntó BN3K – Sólo queremos encontrar a vuestro jefe.
- No está aquí. ¡Largaos!

Viendo que los nervios se estaban caldeando y que los guardias empezaban a acercar sus manos peligrosamente cerca de sus blasters, Jusel decidió suavizar el tono.

- Escuchad no queremos problemas. Solo queremos pedirle ayuda. Hace poco hemos tenido embarazosos contactos imperiales – señaló con un gesto los transportes de tropas que seguían aterrizando en la ciudad - y no queremos tener más.
- Está bien. - respondió el guardia relajándose un poco- Se ha largado fuera de la ciudad, seguramente estará en Lanan Sha. Es su refugio habitual.
- ¿Lanan Sha? - dijo Korso – Eso está lejos. ¿Cómo vamos a llegar hasta allí sin poder usar la nave? El espaciopuerto está rodeado de tropas.
- Podéis ir al almacén de Quanto. - sugirió otro de los guardias – Tiene algunos speeders, si es que los imperiales no le han cerrado ya el negocio.
- Gracias. - respondió BN3K – Será mejor que nos movamos.

El almacén de Quanto, no estaba lejos, pero las patrullas ya casi habían ocupado todas las calles. Avanzaron tratando de esquivar las calles principales, era mejor dar un rodeo que caer de bruces en un control. Desgraciadamente no les sirvió de mucho. Al volver una esquina, una pareja de soldados de asalto les dio el alto.

- Identifíquense inmediatamente.

Jusel empuñó su blaster para disparar, pero no tuvo la oportunidad Korso y BN3K, fueron increíblemente rápidos y de sendos disparos acabaron con los soldados. El androide había actuado con fría precisión mecánica. Pero Korso parecía sorprendido con su propio disparo. No recordaba haber desenfundado. A veces actuaba tan por instinto, que le resultaba extraño. Era consciente de que su débil conexión con la Fuerza a veces agudizaba sus sentidos y mejoraba su coordinación, pero es algo a lo que no se creía capaz de acostumbrarse.

Jusel silbó por lo bajo admirado, pero no dijo ni una palabra. Se dirigió al cadáver del soldado más próximo y le quitó el casco, con la esperanza de que su comunicador estuviera activado, pues sabía que las comunicaciones imperiales no estarían interferidas, y conocer los movimientos de sus patrullas les sería muy útil a la hora de esquivarlas. Desgraciadamente, los comunicaciones contaban con un sistema de seguridad que los desactivaban cuando las constantes vitales de los soldados desaparecían. El Imperio estaba aprendiendo mucho y muy rápido, después de haber sido ridiculizados en varias ocasiones por un grupo de insurgentes. ¿Cómo se hacían llamar? ¿La Rebelión?

- Vamos. - dijo Korso – El almacén está ahí delante.

Avanzaron en fila, hasta llegar a la puerta del local, el cual estaba cerrado a cal y canto.

- Típico. - regoznó BN3K con amargo humor androide, mientras trataba de abrir la cerradura. Un minuto más tarde, soltó un sonoro insulto.
- ¿Qué pasa? - preguntó con sorna Jusel - ¿Creía que eras bueno pirateando forzando cerraduras electrónicas?
- Claro que lo soy. Pero esto no es una cerradura en condiciones. ¡Esto es una antigualla!
- ¿Les pedimos una cerradura de mejor calidad para que puedas presumir de tus habilidades?

Korso empezó a dar la vuelta al edificio, en busca de otra entrada mientras sus compañeros discutían. Había un par de ventanas, pero en lugar de cristal, estaban cubiertas de transpariacero, y se necesitarían muchos disparos para romperlas, lo que atraería la presencia de imperiales. Al seguir rodeando el almacén, encontró una entrada de servicio, también cerrada. Korso, trató de forzar la cerradura, pero no tenía ni idea de cómo hacerlo y pronto se rindió. Así que decidió volver a la entrada principal, que sus amigos ya habían conseguido abrir, mediante el expeditivo método de disparar al panel principal de la entrada hasta conseguir crear un cortocircuito que abrió la puerta.

“Adiós a la discreción” - pensó Korso.

Entraron a una habitación con un par de mostradores y otra puerta al fondo. En los mostradores, habían diversas piezas de repuesto para aerodeslizadores, aunque todas estaban en un estado bastante lamentable.

- Dudo que encontremos algún vehículo aquí. - resopló mecánicamente BN3K.- Aquí solo hay chatarra.

De pronto, surgió de la pared que había junto a la puerta un ojo electrónico que los escrutó de arriba a abajo. Una voz robótica surgió de él, y soltó una retahíla de palabras en algún lenguaje desconocido.

- No estoy para tonterías. - dijo Jusel al tiempo que desenfundaba su blaster- Déjanos pasar.

El ojo se retiró inmediatamente y la puerta se abrió sin más artificio.

Al otro lado de la puerta estaba un hangar que albergaba tres speeders y un hombre aterrado. Claramente era el dueño del negocio.

- El señor Quanto, supongo. -dijo Korso- Mis amigos y yo, necesitamos hacer uso de sus vehículos, supongo – Korso acercó su mano a su blaster - que no tendrá inconveniente.
- Cla..cla... claro que no, pero dudo que algo de esta chatarra funcione.

B3NK ya estaba examinando los vehículos, mientras emitía ruidos de disconformidad, al parecer dos de los tres speeders podrían darles algún susto más adelante…

- Creo que podré hacer funcionar estos dos speeders, aunque será mejor no forzarlos demasiado, si no queremos que hagan explosión. - hizo una pausa y se dirigió Quanto – ¿Tenéis válvulas de compresión T-14? A este vehículo le vendría bien.
- Hay un par en alguna parte. Si me sacáis de la ciudad, os digo donde están y ayudo a instalarlas.
- Escucha...
- No, escúchame tú. Es obvio que estáis intentando salir de la ciudad para esquivar a los imperiales. Yo tampoco quiero que me encuentren. Así que o me ayudáis a a escapar o nos cogerán a todos.
- Está bien, pero más te vale que esas válvulas funcionen o no iremos muy lejos.

Rápidamente el grupo realizó unas reparaciones de emergencia, usando la chatarra esparcida por el almacén. B3NK y Quanto se montaron en uno de los speeders y Jusel y Korso en el otro. Los vehículos funcionaron, aunque tal y como había predicho el droide, no estaban para hacer muchas florituras.

Viajaron rápidamente, tratando de esquivar los controles imperiales. Todo parecía estar bien, pero justo cuando dejaban atrás los últimos edificios de la ciudad, aparecieron a su espalda dos motojets conducidas por soldados de asalto, las cuales efectuaron un par de disparos de advertencia.

- ¡Jamás conseguiremos dejarlos atrás! - gritó aterrado Quanto.

B3NK y Jusel, que conducían los maltrechos speeders, aceleraron los vehículos tanto como se atrevieron. Los motores gimieron agónicos pero aguantaron el esfuerzo. Quanto permació agachado encomendándose a los dioses, pero Korso desenfundó su blaster y apuntó con cuidado al imperial más cercano.

Los soldados de asalto empezaron a disparar, mientras se acercaban peligrosamente al grupo.

- ¡Piensas empezar a devolver el fuego un día de estos! - gritó B3NK mientras esquivaba el fuego blaster como buenamente podía.
- Espera... espera... -murmuraba Korso si dejar de apuntar.

Un disparo pasó silvando junto a la cabeza de Jusel.

- ¡Por las babas de un hut! ¡Haz algo de una vez!

En ese momento Korso efectuó un disparo letal, que dio de lleno en la cabeza de uno de los soldados de asalto, matándolo instantáneamente. El otro imperial frenó claramente asustado y ese momento de duda le dio a Korso la oportunidad que necesitaba. Su segundo disparo impactó justo en las células de combustible de la motojet y el soldado imperial murió en la explosión resultante.

- Ya era hora. - dijo aliviado Jusel – Buen disparo.
- La Fuerza estaba de nuestro...
- No empieces otra vez con esa tontería de la Fuerza. - le cortaron Jusel y B3NK al unísono.

Tras un viaje sin más incidentes, el grupo llegó a Lanan Sha, la guarida de Tanoom. El lugar era una casa torre, construida por un ricachón coreliano, a modo de casa de retiro. Estaba situada en lo alto de una colina, desde donde se divisaba todo el valle circundante. Los muros eran de sólida roca del planeta Ganthel, famosa por ser altamente resistente al fuego de artillería blaster y por bloquear los sensores.

Tanoom se la había ganado “legalmente” a su anterior propietario, y le había hecho algunas mejoras como, la inclusión de un hangar con capacidad para albergar a cuatro cazas y un par de cargueros ligeros.

Al llegar a la entrada principal, vieron que estaba custodiada por un pelotón de guardias. Korso temió, que no les dejaran pasar, pero para su sorpresa, les hicieron entrar sin hacer preguntas.

Tras bajar de los speeders, un androide de protocolo fue a recibirles.

- Bienvenidos, si son tan amables de pasar al salón principal, el amo Tanoom les está esperando. - el androide – les señaló el camino. - Señor Quanto, el amo le recibirá más tarde. Si es tan amable de seguirme, le proporcionaré un lugar para descansar y un refrigerio.

Jusel, B3NK y Korso pasaron al salón principal. Una gran sala, con amplios ventanales y columnas de roca. En el centro de la estancia, había una gran mesa y sentados a ella estaban Tanoom y un gigantesco wookie. Ambos conversaban animadamente, pero se callaron al ver entrar al grupo.

- Llegais justo a tiempo. - dijo Tanoom como si les hubiera estado esperando.

Korso no se extrañó demasiado. Una de las habilidades de Tanoom era tratar con los imprevistos como si formaran parte de sus planes desde el principio. Su capacidad de improvisar sobre la marcha siempre lo asombraba.

Se acomodaron alrededor de la mesa y el androide protocolario que les había dado la bienvenida, llegó con una bandeja llena de bebidas.

- Os presento a Chrow. - dijo señalando al wookie, el cual les saludó con un sonoro rugido.- Precisamente me estaba contando que necesita una tripulación intrépida para un trabajito. La clase de encargo que parece hecho expresamente para vosotros muchachos.

- ¿Un trabajo? - le dijo Jusel – ¿Qué clase de trabajo?
- Oh, nada excesivamente complicado os lo aseguro. El amigo Chrow tiene que realizar un par de entregas. Tiene que llevar un droide y una caja al Sistema Lashbane y otra entrega en Bothawi. Como digo algo muy sencillo. Solo que no contaba con el bloqueo imperial, y ahora necesita ayuda para romperlo. ¿Os interesa el encargo?
- Depende. ¿Cual es el pago?
- No se, déjame pensar. ¿Qué tal si yo consiguiera que los imperiales os devolvieran vuestra nave? ¿Estáis aquí por eso, no?
- ¿Cómo lo sabes?
- Es obvio, lo primero que han hecho los imperiales es bloquear el espaciopuerto. De otro modo no hubierais venido hasta aquí en esa chatarra de speeders.
- Muy bien. - Intervino B3NK – Ayudamos al peludo a saltarse el bloqueo y...

El wookie rugió en tono de amenaza.

- Ayudamos a Chrow a salir del planeta a cambio de que nos traigas de vuelta la nave y digamos mil créditos en concepto de...
- En concepto de nada. No habrá dinero. - cortó Tanoom tajantemente. - Bastantes créditos voy a soltar ya. ¿Sabes a cuanta gente voy a tener que sobornar para recuperar vuestro carguero?



- Muy bien, nada de créditos. - dijo Korso en tono conciliador – Pero no podremos ayudar al wookie hasta que tengamos nuestra nave.
- No os preocupéis por eso, tenéis una lanzadera imperial clase Centinela a vuestra disposición. Nave que me devolveréis sin un solo arañazo, si es que queréis recuperar vuestra nave intacta.

Jusel estaba apunto de decir algo, pero el droide se le adelantó.

- Bien, será más fácil romper el bloqueo usando una nave imperial. Para cuando se den cuenta de que no somos de los suyos, ya estaremos en el hiperespacio.
- Exacto, como os dije, será un trabajo muy sencillo. Id primero al sistema Lashbane, allí os espera un diplomático. Se identificará con una frase clave “La ironía del Imperio empaña la libertad del fuerte”.
- Fantástico- masculló Jusel.
- De allí iréis a Bothawi, donde os encontrares con un tal Aisk Kre’lis. - continuó Tanoom haciendo oídos sordos al sarcasmo del contrabandista – No os molestéis en buscarle. Él os encontrará a vosotros.

Una vez ultimados los detalles, el grupo pasó al hangar, donde les esperaba la prometida lanzadera imperial y un caza estelar cuyo diseño no les resultaba conocido. Se trataba de una nave esbelta y alargada con cuatro alas terminadas en sendos cañones laser.

- ¿Qué clase de nave es esta? - preguntó Jusel admirado por el diseño.

El wookie gruñó con satisfacción.

- ¿Un Ala-X? Nunca había visto uno. Tiene, pinta de ser muy maniobrable y esos cañones, deben de ser bastante potentes.

El estupendo Ala X


El contrabandista, se acercó con intención de asomarse a la cabina, pero Chrow se interpuso, dejando muy claro que si alguien iba a pilotar aquella maravilla sería él.

- No tengo ni idea de cómo logras meterte en esa cabina tan pequeña.

El wookie gruñó una vez más.

- ¿Modificado? Ya lo creo que han debido de modificarlo bastante. ¿Qué han hecho quitar el asiento?
- Ya tendréis tiempo de conversar. - les cortó Tanoom – Ahora, tenéis que romper ese bloqueo.

Chrow se metió en la cabina del Ala-X no sin cierto esfuerzo, mientras que los demás se acomodaron en los amplios asientos de la lanzadera imperial. Jusel se hizo con el asiento del piloto, BN3K, se puso en el del navegante y Korso se fue a la la torreta de popa.

- ¿No deberías ponerte en los cañones de proa? - le dijo el androide.
- ¿Acaso has visto algún imperial atacar de frente?
- Ahí me has pillado.

Las dos naves despegaron sin problemas, pero en cuando salieron de la atmósfera del planeta, dos cazas tie y un tie interceptor les salieron al encuentro. Y los sensores dieron otro dato preocupante, a larga distancia pero acercándose, había un crucero imperial.

- ¿Subo los escudos? - dijo B3NK.
- Espera un poco. - respondió Jusel. - Aún no saben que no somos de los suyos, tú ponte con los cálculos hiperespaciales. Vamos a salir de aquí muy deprisa.

Una voz procedente del tie interceptor surgió por el comunicador de la nave.

- Lanzadera Centinela y caza no identificado. Apaguen sus propulsores e identiféquense inmediatamente, de lo contrario serán derribados.
- Eeeh. Aquí lanzadera Tantalun. Estamos en misión de transporte de suministros.
- Lanzadera Tantalun, transmita inmediatamente sus códigos de identificación.
- Si bueno, verá. Ahora mismo nuestro sistema de transmisión no funciona correctamente y...

El interceptor realizó un disparo de advertencia.

- ¡Apaguen sus motores inmediatamente!
- Se acabó la diplomacia. - dijo Jusel apagando el comunicador y dando toda la energía posible a los motores.- ¡Activa escudos! ¿Cómo van esos cálculos de hiperespacio?
- Los tendremos en tres minutos.

Los cazas tie, trataron de maniobrar para ponerse a la cola de la lanzadera, pero Chrow se interpuso con su Ala-X y le mandó una cortina de disparos que hizo que los cazas tuvieran que efectuar acciones evasivas.

Mientras el interceptor atacó a la lanzadera. Jusel logró esquivar la mayoría de los disparos y los escudos rechazaron el resto.

- Mi turno. - murmuró el contrabandista. Fintó hacia la derecha y el piloto del interceptor cayó en su trampa. Jusel lo volatizó con un tiro certero.

Los otros dos cazas seguían tratando de derribar a la lanzadera. Korso disparó sobre uno de ellos obligándole a hacer una brusca maniobra que le puso directamente al alcance de los cañones del wookie, el cual lo destruyó mientras profería un rugido de victoria.

El tie restante se dio a la fuga. Por un momento sintieron la tentación de perseguirle, pero el crucero, ya estaba escupiendo varios escuadrones de cazas y si permanecían en el área, no tardarían en ser capturados o algo peor.

En ese momento la consola de navegación pitó.

-Los cálculos de hiperespacio están completados. ¡Vámonos!

Ambas naves saltaron al hiperespacio rumbo al sistema Lashbane.


2/29/2016

¡Y.... cien!

Bueno, pues ya hemos llegado. Cien entradas en este blog, la verdad es que nunca pensé que llegaría tan lejos. La cosa empezó por julio de 2006 (casi diez añitos ya, que se dice pronto) y se ha prolongando a base de altibajos. Largos periodos de inactividad salpicados con breves estallidos de actividad creativa.

La cosa empezó, como un lugar donde publicar mis relatos, por aquella época tenía yo más tiempo y ganas para escribir. Con el tiempo se me fueron agotando ambas cosas. A partir de 2008, mis circunstancias personales y laborales fueron mutando y cada vez tenía menos deseos de empresarme y pasaron cuatro años en los que de hecho el blog fué totalmente olvidado.

Para cuando llegó el verano de 2011 mi vida se había convertido en una rutina tediosa. Lo había dejado con la novia, entre semana trabajaba una media de doce horas diarias y los fines de semana me los pasaba durmiendo. Solo alguna escapada ocasional con amigos y familiares me daba algún alivio.

Como sabréis los que me conoceis bien, fué ese verano cuando decidí dar un vuelco a mi vida. Dejé mi trabajo y me largué seis meses a Edimburgo con el fin de alejarme de todo y si había suerte de encontrar fortuna y gloria en tierras escocesas. Ahí fué cuando recordé que tenía un blog abandonado desde hacía mucho. El cual usé a modo de diario, donde contar mi viaje. Fué mucho lo que aprendí en esos meses y aunque no encontré trabajo en aquellas tierras, mi vida no volvió a ser la misma. Conocí a gente fantástica y lugares estupendos.

A mi vuelta tocó retornar a la normalidad, encontrar un nuevo trabajo, hacer cursos de formación, conocer nuevos amigos y reconectar con los antiguos. El blog se volvió entonces en una suerte de cajón desastre donde cabe de todo. Ora es un fotoblog, ora un lugar donde contar mis anecdotas... Quien sabe igual pronto me animo y vuelvo a escribir relatos.

No se cuanto tiempo seguiré con el blog, pero eso no es lo importante. Lo importante es seguir adelante y seguir sorprendiendome con las vueltas que da la vida (y si puede ser, contarlo a través de este blog).

Un saludo a todos y a todas. Y gracias por compartir el viaje conmigo.

2/15/2016

Big Culo Day 2016

¡Maldita sea! Se me ha ido completamente la cabeza, y me he olvidado de ese magno evento de internet que es el Big Culo Day (y también se me ha pasado por completo el estreno de la segunda temporada del Ministerio del Tiempo, pero esa es otra historia).

En fin, a ver como resarzo yo a los lectores de este blog, después de semejante metedura de pata. Tiene que ser un culo fantástico, que digo fantástico, tiene que ser maravilloso. A ver de donde saco yo unas posaderas tan maravillosas a estas alturas de la noche... Me pregunto si... Miss Marvel, ¿puedes echarme una mano? O mejor, puedes echarme tu... ya sabes...


Gracias, eres un sol. Y no te preocupes, tu retaguardia no se ve demasiado grande, está perfecta, como siempre.

Y claro, habrá que poner un culo masculino, que luego las lectoras me echan la bronca. ¿A quién puedo recurrir? Bueno, en caso de urgencia siempre podemos recurrir a el Mercenario Bocazas.


Gracias Deadpool, tú siempre dispuesto a dar la cara, o lo que haga falta.

Pd: Esta es la entrada número 99 de este blog. Próximamente, la entrada 100.
Pd2: Una vez más, perdón por la tardanza.

2/03/2016

Maquetar en el infierno

Cuando en una conversación surge el tema del trabajo y explico que soy informático, la gente que no tiene contacto con este mundillo, se hace una idea demasiado genérica sobre lo que consiste mi labor. Me ven como una persona que lo mismo programa la trayectoria de un satélite de la NASA, que te arregla la impresora. Y no les culpo, la verdad es que la informática se ha expandido tanto durante los últimos años, que es casi imposible abarcar todas sus especialidades.

Es muy normal, que un administrador de sistemas no tenga ni idea de como programar una aplicación movil y probablemente el programador de móviles no podría configurar un servidor ni aunque la vida le fuera en ello. Por eso no me molesto cuando la gente no entiende realmente a qué me dedico y me veo en conversaciones como esta:

Yo: Pues en realidad soy informático.
Persona que acabo de conocer: ¡Genial! Presisamente tengo un problema con mi microondas y...
Yo: Esteee, yo de eso no se nada.
Persona que acabo de conocer: Pero si el microondas tiene botones y una pantalla, eso seguro que tiene que ver con la informática, ¿no?
Yo: Pues no.
Persona que acabo de conocer:Ya veo, pero seguro que me puedes ayudar a configurar mi nueva impresora. Eso sí que es informática. Ahí te he pillado.
Yo (suspirando): A ver, yo programo páginas web (y aplicaciones para móviles). No me dedico a instalar periféricos, para eso están los...
Persona que acabo de conocer:¿Programador web? Precisamente me decía mi mujer que la conexión de la red me va lenta. ¿Crees que debería pasarme a la fibra óptica? ¿Es mejor la de Moviestrellao? ¿O la de Bluestel?
Yo: Señorllévamepronto...
Persona que acabo de conocer:  ¿Qué?
Yo: Nada. Esteeee... que tarde se me ha hecho. Me voy, que me he dejado servicio web fluzeando y si me descuido luego no me compilan las alcachofas.
Persona que acabo de conocer: ¡Borde!

Pero la cosa no acaba aquí, dentro de los programadores web, hay muchas subespecies. Pero principalmente la cosa se divide entre los que programan el Front (la parte que ve el usuario, las fotos, los botones sobre los que hacer click en el ratón, los textos...) y los que programan el Back (todo ese código que no se ve, pero que sirve para que los datos de la web se actualicen en tiempo real, y que hacen que la web no se cuelgue y demás).

Yo he trabajado en ambos frentes, pero ahora mismo estoy en el Front, concretamente soy maquetador web. Es decir, a mí me pasan un diseño, normalmente varias imagenes de como tiene que ser el aspecto de la web y yo traduzco eso a código que el Exploter, el Zorro de Fuego y los demás navegadores web pueden interpretar, para mostrar al usuario una página web (así que no señora, no le puedo arreglar el microondas, ni la impresora).

Hace un par de semanas empecé a trabajar en una nueva empresa, a la que para mantenerla en el anonimato llamaremos "El Lado Oscuro TM". Debido a que los clientes habituales de esta empresa, tienen, por decirlo de algún modo, cierta tendencia a permanecer en las sombras. Las páginas web que realizamos tienen ciertos requerimientos especiales, que las webs normales no tienen (como por ejemplo un sistema para que no se cuele publicidad del "Lado Luminoso TM") y eso exige un cierto esfuerzo extra por parte del maquetador (ese soy yo). Y Lord Vader mi jefe, ya me ha explicado que el precio del fracaso es elevado (ya sabemos como se las gastan los Sith).

El mismo día de incorporarme a "El Lado Oscuro TM", además de chuparme dos rituales de iniciación en las Artes Oscuras, quiero decir, dos reuniones de proyecto (no hay nada como empezar fuerte el primer día), me llevaron a conocer al Emperador, digooo al Director de la empresa, quien me soltó el siguiente discurso motivacional:

El Emperador Director: Maquetar para nosotros será un duro reto para tí. No sabrás lo que es maquetar de verdad, lo que es maquetar en el infierno, hasta que uno de nuestros usuarios "especiales" te grite "¡Tu diseño es una mierda!". Así que más te vale hacerlo bien.
Yo: Lo intentaré, Excelencia.
El Emperador Director: Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes. Y recuerda, aquí no es necesario llevar corbata, pero si que tenemos que llevar todos túnicas sith camisas iguales. Y cuando digo iguales, quiero decir ¡iguales a la mía!
Yo: ¡Señor, sí señor!

Y ahí estoy, maquetando a muerte en el infierno. De momento no me ha gritado nadie, así que me lo tomo como un éxito.

Seguiremos informando, si el Emperador quiere y Lord Vader no me defenestra antes.

PD: Gracias a mi padre, por la idea de "El Lado Oscuro TM".
PD2: A mis futuros usuarios, solo quiero decirles que tienen mi respeto y admiración, no es nada fácil vivir en "El Lado Oscuro TM" (los Jedi, son unos nenazas).