Ayer me levanté tempranito y tras un nutritivo desayuno, me lancé a las calles de la urbe. Me fuí directo a buscar el Castillo de Dublín, y tras perderme tan sólo dos veces, logré encontrarlo.
Luego pasé por la Catedral Cristiana
La catedral de San Patricio
Pero por mucha catedral que visitara, no me consideré en territorio sagrado hasta que llegué a la fábrica de Guinness.
Después de una buena pinta, me fuí a visitar el ayuntamiento.
Por cierto, que aquí en cuanto sale el sol, la gente se arremanga como si estuviera en Benidor.
Después de un descansito en el hotel, me fuí al Temple Bar, que en realidad no es un bar, sino un barrio de Dublín, donde se agrupan diversos pubs y restaurantes. Vamos, una zona de marcha de las de toda la vida. Allí degusté una sabrosa cena en una terraza al aire libre (hacía bastante buen tiempo), mientras escuchaba a un par de músicos callejeros que nos dieron un recital con piezas clásicas de rock, blues y pop. Realmente eran muy buenos músicos y se marcaron temazos de U2, B.B. King, y Dire Straits, entre otros.
Hoy ha hecho bastante peor tiempo, pero me he levantado empeñado con ir a la playa, por aquello de ser agosto, más que nada, porque ya digo que el tiempo no acompañaba precisamente. Así qué tras abrigarme bien, he puesto rumbo a Bull Island. Como su propio nombre indica, es una isla. En concreto es una diminuta isla de unos cinco kilómetros de largo y aproximadamente un kilómetro de ancho, situada paralelamente a la costa de Dublín, más o menos a un kilómetro mar adentro. Por lo visto, aunque es una isla natural, fué creada por la acción del hombre, concretamente por las obras realizadas en la Bahía de Dublín.
Para llegar a ella, hay que pasar por un puente de madera.
Este puente, tiene en su inicio esta señal de tráfico
La cual lleva el texto "Dead slow", que traducida literalmente significa "Muerte lenta". Luego, investigando he descubierto que es una frase hecha, que viene a indicar que hay que circular "muy despacio". Pero aún así, hay que reconocer, que en un principio, acojona.
La isla, como digo, es bastante canija, y parece que está frecuentemente barrida por el viento
Por eso me ha sorprendido un poco, que además de playa, una de las pocas cosas con las que cuenta, sea un campo de golf.
Por sí la climatología Dublinesa (frío, viento y lluvia), no se bastará por sí sola para desanimar a los posibles bañistas, no se les ha ocurrido nada mejor, que poner un cartel con las mediciones de bacterias en el agua, para que sepas de forma actualizada, (im)pura que está el agua.
Para mear y no echar gota, oiga.
De todas formas y a pesar de todo esto, yo he visto a 2 personas bañarse hoy.
Que cuando le tomé la foto, sólo estaba entrando en el agua, pero que al poco estaba nadando como si tal cosa.
En fin, yo con tomarme la foto pertinente a pie de arena, me di por satisfecho.
Tras la sesión fotográfica, me he dedicado a pasear por la playa
Y después de recorrerme sus casi 5 kilómetros, me he vuelto para el hotel a descansar y a escribir este post.
Ahora me iré a dar otro paseito por el Temple Bar, a ver si pillo otra actuación de música en directo (y alguna que otra Guinness).
Seguiremos informando.
4 comentarios:
Así me gusta.... En agosto a la playa...
Santa Guinness!!!
Hay que ser tradicional e ir a la playa en agosto (aunque haga un frío del carajo) ;)
Compra bombones de baileys 😄
No soy muy de bombones, pero me he puesto ciego a base de cheddar y guinness. ;)
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