4/26/2017

Aventuras en Rusia. Cuarto día.

El cuarto día amaneció nublado y amenazando lluvia.

Yo: Bueno, ¿qué hacemos hoy? - pregunté preocupado por la meteorología.
Conchi: No hay problema, hoy toca una actividad a cubierto. Visitaremos el museo de la Cosmonaútica.
Yo: Mola.

Total que cogimos el metro, que nos llevó con su habitual celeridad hasta el museo. Y lo primero que vimos fué esto:





Un obelisco de más de cien metros de altura (me lo ha chivado la Wikipedia).Y es que ya hemos mencionado que a los rusos les gusta hacer todo a lo grande.

Ya mientras nos acercábamos notamos algo extraño, la zona estaba empezando a llenarse de cámaras de televisión y de periodistas. También se veían unos cuantos militares con uniforme de gala y medallas suficientes como para fundirlas y hacer con ellas otro obelisco. ¿Qué estaba pasando? Una rápida consulta en Google, me dió la  respuesta. Estábamos a 12 de abril, el día de Yuri Gagarin. Para los de la LOGSE, se trata del primer ser humano en ir al espacio (y volvió para contarlo).

Yo: ¿Tú sabías que hoy era el día de Yuri Gagarin?
Conchi: ¿Eh? Esteeee.... ¡pues claro, lo tenía todo previsto!
Yo: Ya, seguro.

Total, que bordeando el obelisco, vimos una puerta en un lateral y un cartel en perfecto ruso. Y pensamos que podía ser la entrada del museo, así que intentamos entrar, pero un guardia, que no hablaba ni palabra de español, ni de inglés, logró a base de señalar el reloj explicarnos que todavía no estaba abierto. Así que decidimos darnos un paseo hasta la hora de apertura (que a saber cual sería) por un parque cercano al museo (Mirando en wikipedia he visto que se trata del Centro Panruso de Exposiciones), pero cuando todavía no habíamos entrado, nos dimos cuenta de que la gente estaba entrando en el museo por la puerta que detrás del obelisco. Luego nos enteramos de que la puerta lateral que habíamos visto era la cafetería del museo.


Así que esquivando excursiones de colegiales, conseguimos entrar en el museo. Donde pudimos apreciar todo el esfuerzo que pusieron los rusos en su día para ganar la "Carrera Espacial".











¿Os imagináis sufrir una re entrada en esta capsula?

Un favorito personal, el satélite Sputnik


La verdad es que viendo las réplicas de los satélites (algunos de ellos no parecían mucho más tecnológicos que el tambor de mi lavadora), las capsulas claustrofóbicas en las que viajaban y los trajes con los que tenían que soportar la gelidez del espacio y los calores abrasadores de las reentradas en la atmósfera, es cuando de verdad te das cuenta del inmenso mérito que tiene ir al espacio. Sobretodo en aquellos tiempos primigenios, cuando la información y la tecnología eran mucho más limitadas que las actuales.

Tras recorrernos el museo de arriba a abajo, fuimos al parque de enfrente (Centro Panruso de Exposiciones), pero fue bastante decepcionante porque estaba casi todo en obras.





Por si eso no fuera suficiente, traté de aprovechar que habían unos puestecillos de comida para agenciarme una coca cola (por que la exploración espacial da bastante sed). Téngase en cuenta que el siguiente diálogo fue una mezcla de palabras en ruso, inglés, español y klingon, que voy a transcribir como buenamente pueda:

Yo (en perfecto ingles): One coke, please  (una coca cola, por favor).
Dependienta: Gjkhkjhfdkjsf? (galimatias ruso, pero que yo interpreto como: ¿Lo cualo?)

En seguida puse en marcha el método patentado para hacerte entender en cualquier idioma, repetir la misma frase que había dicho antes, pero más despacio y gritando:

Yo: ONE COKE, PLEEEEEASE!!
Dependienta: GFDKJDSKJFHJKDSFHJ!!!

El método patentado había fallado miserablemente. Eché un rápido vistazo a mi alrededor y vislumbré una posibilidad. Había un anuncio de coca cola pegado en una de las paredes del puesto de comida. Señalé el anuncio:

Yo (esta vez mezclando inglés y español): One coca cola, por favor, please.
Dependienta: Ok, ok (en inglés, claro).

Y me puso la coca cola... caliente. Es decir, no del tiempo, caliente.

Yo: Qu'Vat! (esto es una palabra klingon, que sirve para expresar que no estás precisamente feliz con la situación).
Dependienta: Glkslsd sasad?
Yo (volviendo al inglés): Cold (frío). Coke, cold (Coca cola, fría).
Dependienta: Ujhjhsd?
Yo (en inglés): Ice? (¿hielo?) Frozen? (¿congelado?)
Conchi: Venga hombre, no se lo pongas difícil a la pobre señora, seguro que con los inviernos que tienen aquí lo normal es poner la bebida caliente.
Yo: ¡Pero no la coca cola, por amor de Odín! Además estamos en plena ola de calor primaveral (5º centígrados).
Dependienta: Tjkjkjksdf?

Miré una vez más desesperado a mi alrededor. Y vi una pequeña nevera situada detrás de la mujer, que ya nos miraba con cara de inquietud. Señalé desesperado a la nevera y repetí.

Yo: Ice! Cold! (¡Hielo! ¡Frío!)

Esta vez me entendió, y me cambió la coca cola caliente por otro de la nevera que estaba, no fría, pero al menos fresquita.

Por fin, obtuve mi bebida y nos pudimos marchar de ahí. De camino al metro divisamos otra iglesia, así que nos acercamos a echarle un ojo. Bueno, no se si era iglesia, edifico o qué, según Google Maps se llama Park Doroga k Khramu.


Y de ahí nos volvimos a ir a la Plaza Roja, porque aunque ya la habíamos visto, es sin duda el sitio que más nos gustó de todo Moscú.









Y poco más hicimos este cuarto día, después nos fuimos al hotel a preparar las maletas, ya que al día siguiente partíamos en tren hacia San Petersburgo.

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