Tras los podcastdramas, volvemos a Los Relatos del Padawan, esta vez con un relato de un oyente, Julio, que amablemente me ha cedido su creación y ha confiado en que mi voz le haga justicia.
Confío en que os guste tanto como a mí.
Como siempre, aquí el audio:
Y aquí el texto:
-Hola- me dijo él desde abajo.
-Hola- le dije yo.
-He visto cómo la miras.
-Sí, la he mirado. Me gusta mucho.
-Lo sé. Me he dado cuenta que no la miras igual que los demás.
-¿A qué te refieres? No te entiendo.
-Yo creo que sí me entiendes. Cuando la miras, no ves lo mismo que los demás.
-La veo como todo el mundo.
-No, tú ves dentro de ella. Ves lo que ella es en realidad.
Me quedé mirándolo fijamente. No sabía qué decir. No estaba seguro de hasta qué punto sabía de qué hablaba. ¿cómo podía saber eso? Nunca se lo había contado a nadie…
-También me he fijado en que a mí no me has mirado igual.
-No te he mirado igual, pero también te he mirado.
-Sí, pero no igual.
Otra vez no sabía qué decir. Era una situación un poco rara, un poco embarazosa.
-Lo siento. No ha sido intencionado.- Dije sin convencimiento.
-Me gustaría que me mirases igual que a ella.
-Pero… es distinto, no sé… no eres…
-Soy igual que ella.
Lo miré, en silencio, despacio. Lo miré casi como a ella lo había hecho antes. No, no era igual. Era distinto. No me atrevía a decir cómo de distinto. Pero sí me di cuenta. En mi mente lo vi claro. Sentí vergüenza por no haberme dado cuenta antes. Allí estaba. Miré dentro de él. Y lo vi. Al principio no tuve valor para decirle en qué era distinto. Pero al cabo de un instante me dí cuenta que no importaba, que era distinto pero igualmente estaba allí. Dentro.
-Ahora sí me has mirado como a ella.
Me ruboricé. Sonreí tímidamente.
-¿Qué vas a hacer?
-Lo mismo que con ella pero mejor. Te lo mereces. Además te has ganado un puesto de honor a mi lado. Me has enseñado una lección que no olvidaré.
-Gracias-él también sonrió.
Aquel trozo de madera, no más grande que una astilla, se había ganado el derecho de ser una cuchara, como su hermana, la rama de cerezo.
6/23/2019
Ha nacido un Nuevo Podcast!
Hola a todos. Pues sí, ha nacido un nuevo podcast: Los podcastdramas del Padawan. Este también está hecho por el menda lerenda, además de la colaboración de un montón de gente: Pepita Parker, DarkCrow, Juan M. V. y Jontxu, poniendo voces y dándolo todo. Gracias a todos ellos.
Aquí voy a ir publicando los episodios del Escuadrón Delta, el primer episodio ya salió publicado en este blos, aquí.
Bueno, sin más os dejo con el nuevo episodio, como siempre en audio aquí:
Y en texto aquí:
El Nexu se encontraba en órbita sobre el Planeta Leritor. La nave era un antiguo destructor de la clase Venator había sido una de las primeras de su clase y había servido orgullosamente a la República Galáctica y posteriormente al Imperio que la sustituyó. Se trataba de una de las primeras naves de su clase y durante un tiempo había sido un referente, equipada con la última tecnología y algunas de las mejores tripulaciones. Pero con el paso de los años se había ido quedando obsoleta.
La nave aún conservaba una aureola de dignidad, ganada a pulso en decenas de misiones, pero con la llegada de los nuevos destructores de la clase Victoria e Imperator, quedó relegada a tareas de menor importancia.
Los destructores más recientes contaban con al menos seis escuadrones de cazas, uno de reconocimiento con los TIE R/C, otro de bombarderos con los TIE Bombers, dos escuadrones de cazas TIE normales y otros dos con TIE interceptores, que eran cazas aún más veloces y fuertemente armados. Y en ocasiones el número de escuadrones era aún mayor.
Oficialmente el Nexu contaba también con 6 escuadrones, aunque eso era tan solo una verdad a medias. El escuadrón Epsilon solo contaba con 4 bombarderos TIE y el Ómicron tan solo tenía dos cazas R/C de reconocimiento. Los otros cuatro escuadrones, Alfa, Beta, Gamma y Delta estaban equipados con 8 cazas TIE cada uno, cuando lo normal era tener 12 unidades. El único caza interceptor disponible, estaba en manos del Lider del escuadrón Alfa, el teniente Brenson. Quien no dejaba que nadie, salvo su mecánico personal, lo tocase.
El Nexu estaba bastante abajo en la lista de prioridades del departamento de abastecimiento Imperial, por lo que algunos de aquellos cazas, habían rebasado hacía tiempo su ciclo de vida útil, pero el talento de los mecánicos había conseguido mantenerlos en servicio.
El número de tripulantes del viejo destructor, estaba al mínimo imprescindible para su funcionamiento, por lo que había secciones del mismo que ni siquiera se usaban.
Precisamente en un hangar clausurado, Ronin había encontrado seis antiguos cazas de la República modelo V-19 Torrent. Muy utilizados durante las Guerras Clon. Aunque eran viejas y no tan rápidas como los TIE, contaban con un buen armamento, ya que además de los cañones laser poseían dos lazamisiles de concusión, por no mencionar los generadores de escudos. Además tenían un computador de vuelo mejorado e hiperhimpulsor.
Rápidamente, le comunicó su descubrimiento al alto mando del Nexu, el Comandante Cross quien a pesar de no mostrarse especialmente ilusionado con la noticia, convocó a los líderes de los seis escuadrones, a fin de decidir que hacer con ese posible recurso.
- Esa chatarra republicana, no daría la talla en un combate contra cazas modernos.
- Pero señor. - protestó Ronin – Estamos cortos de efectivos, tenemos más pilotos que cazas. Esas naves nos vendrían muy bien.
- No es más que escoria antigua. - replicó el comandante. - A saber cuanto tiempo llevan pudriéndose en ese hangar.
- He hablado con el jefe de mecánicos y es optimista, cree que podría tenerlos en funcionamiento en… - se interrumpió al ver la expresión de Cross.
- ¿Ha hablado de esto con un técnico antes que conmigo?
- Eh, no quería molestarle si al final esas naves eran solo chatarra.
- En ese caso debería de haberse callado, ¿no cree?
Keyna, quien estaba presente en la conversación en virtud a su nuevo estatus de Lider del Escuadrón Delta, se adelantó para intervenir. En su pecho resplandecía la insignia de teniente que atestiguaba su recién estrenado rango. Su pelo color ceniza, estaba pulcramente recogido en uno de los peinados reglamentarios de la flota, su piel verde oliva contrastaba con el gris de su uniforme imperial y sus ojos de color amarillo brillante centelleban sin perder detalle.
- Con el debido respeto, señor. Coincido con el cadete. Esas naves podrían ser útiles, sobretodo si tenemos en cuenta nuestra escasez de recursos.
- No pienso integrar esa basura alienígena en mi escuadrón. - intervino cortante el Teniente Brenson. El lider del escuadrón Alfa. Sabía muy bien que aquellos cazas eran de origen verpine, una raza insectoide, excepcionalmente bien dotada para la tecnología y la manufactura de naves espaciales. Pero su ideología antialienigena, le impedía reconocerlo abiertamente.
Los lideres respectivamente de los escuadrones Beta y Gamma mostraron su acuerdo con Brenson, de forma enérgica.
- A mí no me sirven de mucho. - dijo el lider de Epsilon. - Si fueran bombarderos, sería otra historia. Avíseme si en su próxima excursión, encuentra unos cuantos Cazas-Y de la república.
El Comandante Cross le miró fríamente. Los rebeldes habían estado usando aquellos Cazas-Y contra el Imperio. Y a pesar de ser naves antiguas, estaban demostrando ser más efectivas de lo que nadie imaginaba.
-¡Ejem! - Logan, el lider del escuadrón Ómicron rompió la tensión – A mí no me importaría usar un par de esos V-19. Como saben mi escuadrón de reconocimiento, solo tiene dos naves actualmente.
- Ya he cursado su petición de nuevas naves R/C. Pronto recibiremos más efectivos. - sentenció el capitán. Aunque todos sabían lo poco efectivas que eran esas peticiones últimamente.
- Tal vez. - dijo Ronin a la desesperada. - Podría autorizarnos a usar los V-19 temporalmente, solo hasta que lleguen los TIE.
- Nos vendrían bien como refuerzo en el Delta. - volvió a intervenir Keyna. - Esas naves tienen generadores de escudos, pueden aguantar unos cuantos impactos.
- Y como naves de reconocimiento serían muy efectivas. - aportó Logan - Su sistema de hiperhimpulso les permitiría entrar y salir del sistema antes de ser detectados por el enemigo.
- ¡Está bien! - concedió el comandante agotado. - Delta y Ómicron podrán repartirse esa chatarra si quieren. Pero -continuó antes de que los otros lideres se quejaran - La prioridad para los turnos de reparación será de los cazas TIE. Si los mecánicos quieren malgastar su tiempo libre en esa chatarra es cosa suya.
Con un gesto, dio por concluida la reunión.
Los lideres de escuadrón se retiraron. Logan se acercó a Keyna y a Ronin.
- Hay seis cazas. Lo justo sería que nos quedaramos tres cazas cada uno.
- Mi hombre los encontró, así que nos quedamos cuatro y vosotros dos.
- ¡Venga ya! Vosotros ya contáis con seis cazas TIE y yo solo tengo dos R/C.
- Está bien. Pero yo elijo primero.
- Me parece justo.
Logan hizo un rápido saludo con la cabeza. Se trataba de un humano con la cabeza rapada y una perilla salpicada de algunas canas. Hurgó en un bolsillo de su uniforme y extrajo un cigarro puro corelliano. Finalmente se alejó con zancadas firmes mientras exhalaba un gruñido de satisfacción.
- Jefa. Me pido el V-19 con el dibujo del lobo de las nieves mandaloriano. - dijo Ronin, que se había pasado un buen rato admirando los cazas.
Keyna clavó sus ojos amarillos en él con severidad.
- Si lo quieres tendrás que ganártelo.
- ¿Qué? ¿Pero si los descubrí yo? Y te lo conté… Perdón quiero decir que se lo conté a usted antes que a nadie.
- Sé que me has estado engañando. A mí y a todos.
- ¿Qué? ¿Yo? Yo no...
- Sé que eres mejor piloto de lo que finges ser.
- Pe... pero si yo...
- A mí no me engañas.
- En el próximo ciclo, tendremos unos ejercicios de entrenamiento. Si tu puntuación no mejora al menos un 20% respecto a los que tuviste en la última ronda, no solo no pilotarás ese V-19, sino que te echaré a patadas de mi escuadrón.
Aquí voy a ir publicando los episodios del Escuadrón Delta, el primer episodio ya salió publicado en este blos, aquí.
Bueno, sin más os dejo con el nuevo episodio, como siempre en audio aquí:
Y en texto aquí:
El Nexu se encontraba en órbita sobre el Planeta Leritor. La nave era un antiguo destructor de la clase Venator había sido una de las primeras de su clase y había servido orgullosamente a la República Galáctica y posteriormente al Imperio que la sustituyó. Se trataba de una de las primeras naves de su clase y durante un tiempo había sido un referente, equipada con la última tecnología y algunas de las mejores tripulaciones. Pero con el paso de los años se había ido quedando obsoleta.
La nave aún conservaba una aureola de dignidad, ganada a pulso en decenas de misiones, pero con la llegada de los nuevos destructores de la clase Victoria e Imperator, quedó relegada a tareas de menor importancia.
Los destructores más recientes contaban con al menos seis escuadrones de cazas, uno de reconocimiento con los TIE R/C, otro de bombarderos con los TIE Bombers, dos escuadrones de cazas TIE normales y otros dos con TIE interceptores, que eran cazas aún más veloces y fuertemente armados. Y en ocasiones el número de escuadrones era aún mayor.
Oficialmente el Nexu contaba también con 6 escuadrones, aunque eso era tan solo una verdad a medias. El escuadrón Epsilon solo contaba con 4 bombarderos TIE y el Ómicron tan solo tenía dos cazas R/C de reconocimiento. Los otros cuatro escuadrones, Alfa, Beta, Gamma y Delta estaban equipados con 8 cazas TIE cada uno, cuando lo normal era tener 12 unidades. El único caza interceptor disponible, estaba en manos del Lider del escuadrón Alfa, el teniente Brenson. Quien no dejaba que nadie, salvo su mecánico personal, lo tocase.
El Nexu estaba bastante abajo en la lista de prioridades del departamento de abastecimiento Imperial, por lo que algunos de aquellos cazas, habían rebasado hacía tiempo su ciclo de vida útil, pero el talento de los mecánicos había conseguido mantenerlos en servicio.
El número de tripulantes del viejo destructor, estaba al mínimo imprescindible para su funcionamiento, por lo que había secciones del mismo que ni siquiera se usaban.
Precisamente en un hangar clausurado, Ronin había encontrado seis antiguos cazas de la República modelo V-19 Torrent. Muy utilizados durante las Guerras Clon. Aunque eran viejas y no tan rápidas como los TIE, contaban con un buen armamento, ya que además de los cañones laser poseían dos lazamisiles de concusión, por no mencionar los generadores de escudos. Además tenían un computador de vuelo mejorado e hiperhimpulsor.
Rápidamente, le comunicó su descubrimiento al alto mando del Nexu, el Comandante Cross quien a pesar de no mostrarse especialmente ilusionado con la noticia, convocó a los líderes de los seis escuadrones, a fin de decidir que hacer con ese posible recurso.
- Esa chatarra republicana, no daría la talla en un combate contra cazas modernos.
- Pero señor. - protestó Ronin – Estamos cortos de efectivos, tenemos más pilotos que cazas. Esas naves nos vendrían muy bien.
- No es más que escoria antigua. - replicó el comandante. - A saber cuanto tiempo llevan pudriéndose en ese hangar.
- He hablado con el jefe de mecánicos y es optimista, cree que podría tenerlos en funcionamiento en… - se interrumpió al ver la expresión de Cross.
- ¿Ha hablado de esto con un técnico antes que conmigo?
- Eh, no quería molestarle si al final esas naves eran solo chatarra.
- En ese caso debería de haberse callado, ¿no cree?
Keyna, quien estaba presente en la conversación en virtud a su nuevo estatus de Lider del Escuadrón Delta, se adelantó para intervenir. En su pecho resplandecía la insignia de teniente que atestiguaba su recién estrenado rango. Su pelo color ceniza, estaba pulcramente recogido en uno de los peinados reglamentarios de la flota, su piel verde oliva contrastaba con el gris de su uniforme imperial y sus ojos de color amarillo brillante centelleban sin perder detalle.
- Con el debido respeto, señor. Coincido con el cadete. Esas naves podrían ser útiles, sobretodo si tenemos en cuenta nuestra escasez de recursos.
- No pienso integrar esa basura alienígena en mi escuadrón. - intervino cortante el Teniente Brenson. El lider del escuadrón Alfa. Sabía muy bien que aquellos cazas eran de origen verpine, una raza insectoide, excepcionalmente bien dotada para la tecnología y la manufactura de naves espaciales. Pero su ideología antialienigena, le impedía reconocerlo abiertamente.
Los lideres respectivamente de los escuadrones Beta y Gamma mostraron su acuerdo con Brenson, de forma enérgica.
- A mí no me sirven de mucho. - dijo el lider de Epsilon. - Si fueran bombarderos, sería otra historia. Avíseme si en su próxima excursión, encuentra unos cuantos Cazas-Y de la república.
El Comandante Cross le miró fríamente. Los rebeldes habían estado usando aquellos Cazas-Y contra el Imperio. Y a pesar de ser naves antiguas, estaban demostrando ser más efectivas de lo que nadie imaginaba.
-¡Ejem! - Logan, el lider del escuadrón Ómicron rompió la tensión – A mí no me importaría usar un par de esos V-19. Como saben mi escuadrón de reconocimiento, solo tiene dos naves actualmente.
- Ya he cursado su petición de nuevas naves R/C. Pronto recibiremos más efectivos. - sentenció el capitán. Aunque todos sabían lo poco efectivas que eran esas peticiones últimamente.
- Tal vez. - dijo Ronin a la desesperada. - Podría autorizarnos a usar los V-19 temporalmente, solo hasta que lleguen los TIE.
- Nos vendrían bien como refuerzo en el Delta. - volvió a intervenir Keyna. - Esas naves tienen generadores de escudos, pueden aguantar unos cuantos impactos.
- Y como naves de reconocimiento serían muy efectivas. - aportó Logan - Su sistema de hiperhimpulso les permitiría entrar y salir del sistema antes de ser detectados por el enemigo.
- ¡Está bien! - concedió el comandante agotado. - Delta y Ómicron podrán repartirse esa chatarra si quieren. Pero -continuó antes de que los otros lideres se quejaran - La prioridad para los turnos de reparación será de los cazas TIE. Si los mecánicos quieren malgastar su tiempo libre en esa chatarra es cosa suya.
Con un gesto, dio por concluida la reunión.
Los lideres de escuadrón se retiraron. Logan se acercó a Keyna y a Ronin.
- Hay seis cazas. Lo justo sería que nos quedaramos tres cazas cada uno.
- Mi hombre los encontró, así que nos quedamos cuatro y vosotros dos.
- ¡Venga ya! Vosotros ya contáis con seis cazas TIE y yo solo tengo dos R/C.
- Está bien. Pero yo elijo primero.
- Me parece justo.
Logan hizo un rápido saludo con la cabeza. Se trataba de un humano con la cabeza rapada y una perilla salpicada de algunas canas. Hurgó en un bolsillo de su uniforme y extrajo un cigarro puro corelliano. Finalmente se alejó con zancadas firmes mientras exhalaba un gruñido de satisfacción.
- Jefa. Me pido el V-19 con el dibujo del lobo de las nieves mandaloriano. - dijo Ronin, que se había pasado un buen rato admirando los cazas.
Keyna clavó sus ojos amarillos en él con severidad.
- Si lo quieres tendrás que ganártelo.
- ¿Qué? ¿Pero si los descubrí yo? Y te lo conté… Perdón quiero decir que se lo conté a usted antes que a nadie.
- Sé que me has estado engañando. A mí y a todos.
- ¿Qué? ¿Yo? Yo no...
- Sé que eres mejor piloto de lo que finges ser.
- Pe... pero si yo...
- A mí no me engañas.
- En el próximo ciclo, tendremos unos ejercicios de entrenamiento. Si tu puntuación no mejora al menos un 20% respecto a los que tuviste en la última ronda, no solo no pilotarás ese V-19, sino que te echaré a patadas de mi escuadrón.
6/02/2019
Novena entrega del Podcast
Hola a todos. Sí, el título está correcto, es la novena entraga, porque lo del radiodrama no cuenta como tal.
En fin, esta vez vamos con un relato sencillito, porque de vez en cuando es bueno aligerar un poco el tono. Se trata de una cita. Quien más y quien menos, todos hemos tenido que lidiar con ese problema de encontrar un tema de conversación adecuado en esa primera cita, con una persona a la que apenas conoces.
¿Saldrán bien librados nuestros protagonistas?
Como siempre, aquí el audio:
Y aquí el texto:
- Total que ahí estaba yo, rodeado por más de treinta enemigos, sin refuerzos ni apoyo. Solo, sin esperanza. Así que tomé aliento, los miré directamente a los ojos con decisión, sabiendo que si demostraba la más mínima duda, o una leve sombra de terror, se echarían sobre mí como una manada de lobos hambrientos y…
- ¡Para! ¡Para! - pidió ella - ¿No me ibas a hablar de tu experiencia como profesor de secundaria?
- Claro, eso es lo que hago. - respondió él.
- Pero lo cuentas como si fuera una guerra.
- Lo siento, pero si nunca has estado metida en un aula con un montón de adolescentes en plena crisis hormonal, furiosos con el mundo porque les obligan a estar en un lugar que odian y con una persona a lo que no aprecian precisamente pues dudo que puedas entenderlo.
- ¡Venga ya! ¡No sería para tanto! Seguro que el resto de profesores te echarían una mano.
- Sí, el director del colegio me dio una tarjeta con el número de la policía local. Mientras me decía: Toma, la vas a necesitar.
- No me lo creo.
- Aún conservo la tarjeta. ¿Quieres verla?
- Te estaría gastando una broma, hombre.
- Yo solo digo que después de eso dejé la enseñanza y decidí dedicarme a la informática.
- Hablando de eso. ¿Por qué te decantaste por la informática?
- Siempre me han gustado los ordenadores y pensé: aún soy joven y puedo intentarlo, sino lo consigo, bueno, siempre puedo volver a mi exitosa carrera de domador de fieras.
Se rió divertida. Él todavía no se podía creer, que estuvieran allí, juntos. La había conocido una semana antes, usando una de esas aplicaciones que hay para encontrar pareja. Nunca había creído que esas cosas funcionasen, pero tras mucho tiempo sin comerse un rosco, pensó que no tenía nada que perder. Y contra todo pronóstico, había funcionado. Su historial con las mujeres no era precisamente exitoso, tenía un problema incurable de timidez que le había hecho perder la mayoría de las oportunidades que había tenido. Afortunadamente, ella había tomado la iniciativa, y no había cejado hasta conseguir quedar conmigo en persona.
Era una mujer hermosa, no de esas que te hacen girar la cabeza ciento ochenta grados cuando te la cruzas por la calle, pero sí de las que pueden iluminar una habitación con una sonrisa, lo que no es poco precisamente. Vestía elegante pero informal, insinuando antes que enseñando. Poseía una risa agradable y contagiosa. Por supuesto, quedó prendado de ella enseguida.
- Pero tú no sabías nada de informática, ¿no? - continuó ella.
- Bueno, -respondió él - había ido haciendo cursos, mientras me sacaba la carrera de magisterio, así que no partía de cero.
- ¿Qué tipo de cursos?
- Principalmente de desarrollo de páginas web.
- Principalmente. - repitió la palabra paladeándola. - O sea que has hecho más cosas.
- Al principio hice algo de programación con PHP, MySQL y… - se interrumpió de golpe, al darse cuenta que estaba soltando tecnicismos. Corría el riesgo de aburrirla rápidamente.
- Ya veo, así que empezaste programando. - se rió al ver su expresión - No te preocupes tanto, aunque yo no sea del gremio, tengo amigos informáticos y estoy acostumbrada a escuchar hablar de estos temas.
- Aún así es un tema bastante aburrido. - respondió mientras sonreía aliviado – Y ya llevamos demasiado rato hablando de mí. Cuéntame algo sobre ti.
- Nah, yo soy un muermo.
- No me lo creo.
- Pues créelo, soy una simple administrativa, me paso el día escribiendo y leyendo emails.
- Bueno, pero no te pasarás todo el día trabajando.
- Pues casi, lo único que hago fuera del curro es sacar a pasear a mis perros y bueno voy a clases de baile dos veces en semana. Porque me gusta y por mantenerme en forma.
Él, sonrió como un idiota. Los perros siempre le habían resultado unos animales insoportablemente empalagosos y pesados, y además tenía la gracia bailando de un elefante en una cristalería. Pero en aquel momento hubiera adoptado a los ciento un dálmatas e incluso se habría apuntado a clases de cumbia.
- Precisamente, estaba pensando en apuntarme a clases de baile. - dijo.
- Ya claro. - replicó juguetona – Pero no te escaquees, estabas contándome tu primer trabajo como informático.
- ¿Eh? Ah, bueno. Ya sabes, empecé siendo un becario en una empresa pequeña. Prácticamente me pagaban en cacahuetes.
- ¿Y qué hacías?
- Pues menos pasar la aspiradora, hice de todo. Lo que me vino bien, porque así aprendí un montón de cosas distintas. Estuve allí casi un año y luego ya fui cambiando de una empresa a otra.
- Y ahí te especializaste.
- Qué remedio. Cuando empecé en esto las páginas web estaban en pañales, eran muy sencillas y era frecuente que una sola persona hiciera una web entera. Pero luego la cosa se fue ampliando y complicando y hoy por hoy lo normal, es que solo hagas una parte, en la que lógicamente te especializas.
- Y ahí decidiste hacerte maquetador, y meterte con el html, el css y el javascript, supongo. Dime una cosa, ¿Cual es tu framework favorito?
La miró fijamente y con frialdad.
- Qué frío hace aquí. - dijo nerviosa intentando desviar mi atención – ¿Me prestas tu chaqueta? O incluso podrías abra…
- ¡Así que se trataba de eso! - la interrumpió con furia – ¡Tú, no has venido aquí a tener una cita conmigo! ¡Eres una reclutadora de recursos humanos!
- ¡No, claro que no! En todo caso soy una human resources manager and headhunter.
- No me vengas con anglicismos. ¿Esto no era una cita, verdad? Solo una maldita entrevista de trabajo.
- Sí. - admitió ella – Hoy en día es más fácil conseguir un buen novio que un maquetador web competente.
- No me lo puedo creer.
- Es en serio, tios guapos hay a patadas, gente con más de quince años de experiencia en el sector como es tu caso, no hay tantos. Así que me apunté a esa aplicación de citas. Sabía que encontraría un montón de informáticos, no ligáis ni a tiros.
- Eso es un topicazo.
- Y sin embargo aquí estás. Pero oye la buena noticia para tí es que te traigo una oferta muy interesante. He cotilleado tu perfil en Linkedin y has trabajado en proyectos muy importantes, así que puedo ofrecerte...
- Olvidalo. - dijo con cansancio. - Me voy a mi casa. Haz el favor de perder mi número de teléfono.
Se levantó para irse.
- Oye antes de que te largues. Dime, ¿cómo me has descubierto?
- Estabas demasiado interesada en mi trabajo y sabías que yo soy maquetador web, aunque yo no te lo había dicho.
- Yo y mi bocaza, siempre me pierde. En fin, ¿seguro que no quieres escuchar la oferta?
Se dio la vuelta sin responder.
- ¿Te he dicho ya que además de un buen sueldo, te ofrecemos días de teletrabajo?
Se frenó en seco y la miró a los ojos. Ella le mantuvo la mirada.
- ¿Cuantos días de teletrabajo a la semana dices que me ofreces?
En fin, esta vez vamos con un relato sencillito, porque de vez en cuando es bueno aligerar un poco el tono. Se trata de una cita. Quien más y quien menos, todos hemos tenido que lidiar con ese problema de encontrar un tema de conversación adecuado en esa primera cita, con una persona a la que apenas conoces.
¿Saldrán bien librados nuestros protagonistas?
Como siempre, aquí el audio:
Y aquí el texto:
- Total que ahí estaba yo, rodeado por más de treinta enemigos, sin refuerzos ni apoyo. Solo, sin esperanza. Así que tomé aliento, los miré directamente a los ojos con decisión, sabiendo que si demostraba la más mínima duda, o una leve sombra de terror, se echarían sobre mí como una manada de lobos hambrientos y…
- ¡Para! ¡Para! - pidió ella - ¿No me ibas a hablar de tu experiencia como profesor de secundaria?
- Claro, eso es lo que hago. - respondió él.
- Pero lo cuentas como si fuera una guerra.
- Lo siento, pero si nunca has estado metida en un aula con un montón de adolescentes en plena crisis hormonal, furiosos con el mundo porque les obligan a estar en un lugar que odian y con una persona a lo que no aprecian precisamente pues dudo que puedas entenderlo.
- ¡Venga ya! ¡No sería para tanto! Seguro que el resto de profesores te echarían una mano.
- Sí, el director del colegio me dio una tarjeta con el número de la policía local. Mientras me decía: Toma, la vas a necesitar.
- No me lo creo.
- Aún conservo la tarjeta. ¿Quieres verla?
- Te estaría gastando una broma, hombre.
- Yo solo digo que después de eso dejé la enseñanza y decidí dedicarme a la informática.
- Hablando de eso. ¿Por qué te decantaste por la informática?
- Siempre me han gustado los ordenadores y pensé: aún soy joven y puedo intentarlo, sino lo consigo, bueno, siempre puedo volver a mi exitosa carrera de domador de fieras.
Se rió divertida. Él todavía no se podía creer, que estuvieran allí, juntos. La había conocido una semana antes, usando una de esas aplicaciones que hay para encontrar pareja. Nunca había creído que esas cosas funcionasen, pero tras mucho tiempo sin comerse un rosco, pensó que no tenía nada que perder. Y contra todo pronóstico, había funcionado. Su historial con las mujeres no era precisamente exitoso, tenía un problema incurable de timidez que le había hecho perder la mayoría de las oportunidades que había tenido. Afortunadamente, ella había tomado la iniciativa, y no había cejado hasta conseguir quedar conmigo en persona.
Era una mujer hermosa, no de esas que te hacen girar la cabeza ciento ochenta grados cuando te la cruzas por la calle, pero sí de las que pueden iluminar una habitación con una sonrisa, lo que no es poco precisamente. Vestía elegante pero informal, insinuando antes que enseñando. Poseía una risa agradable y contagiosa. Por supuesto, quedó prendado de ella enseguida.
- Pero tú no sabías nada de informática, ¿no? - continuó ella.
- Bueno, -respondió él - había ido haciendo cursos, mientras me sacaba la carrera de magisterio, así que no partía de cero.
- ¿Qué tipo de cursos?
- Principalmente de desarrollo de páginas web.
- Principalmente. - repitió la palabra paladeándola. - O sea que has hecho más cosas.
- Al principio hice algo de programación con PHP, MySQL y… - se interrumpió de golpe, al darse cuenta que estaba soltando tecnicismos. Corría el riesgo de aburrirla rápidamente.
- Ya veo, así que empezaste programando. - se rió al ver su expresión - No te preocupes tanto, aunque yo no sea del gremio, tengo amigos informáticos y estoy acostumbrada a escuchar hablar de estos temas.
- Aún así es un tema bastante aburrido. - respondió mientras sonreía aliviado – Y ya llevamos demasiado rato hablando de mí. Cuéntame algo sobre ti.
- Nah, yo soy un muermo.
- No me lo creo.
- Pues créelo, soy una simple administrativa, me paso el día escribiendo y leyendo emails.
- Bueno, pero no te pasarás todo el día trabajando.
- Pues casi, lo único que hago fuera del curro es sacar a pasear a mis perros y bueno voy a clases de baile dos veces en semana. Porque me gusta y por mantenerme en forma.
Él, sonrió como un idiota. Los perros siempre le habían resultado unos animales insoportablemente empalagosos y pesados, y además tenía la gracia bailando de un elefante en una cristalería. Pero en aquel momento hubiera adoptado a los ciento un dálmatas e incluso se habría apuntado a clases de cumbia.
- Precisamente, estaba pensando en apuntarme a clases de baile. - dijo.
- Ya claro. - replicó juguetona – Pero no te escaquees, estabas contándome tu primer trabajo como informático.
- ¿Eh? Ah, bueno. Ya sabes, empecé siendo un becario en una empresa pequeña. Prácticamente me pagaban en cacahuetes.
- ¿Y qué hacías?
- Pues menos pasar la aspiradora, hice de todo. Lo que me vino bien, porque así aprendí un montón de cosas distintas. Estuve allí casi un año y luego ya fui cambiando de una empresa a otra.
- Y ahí te especializaste.
- Qué remedio. Cuando empecé en esto las páginas web estaban en pañales, eran muy sencillas y era frecuente que una sola persona hiciera una web entera. Pero luego la cosa se fue ampliando y complicando y hoy por hoy lo normal, es que solo hagas una parte, en la que lógicamente te especializas.
- Y ahí decidiste hacerte maquetador, y meterte con el html, el css y el javascript, supongo. Dime una cosa, ¿Cual es tu framework favorito?
La miró fijamente y con frialdad.
- Qué frío hace aquí. - dijo nerviosa intentando desviar mi atención – ¿Me prestas tu chaqueta? O incluso podrías abra…
- ¡Así que se trataba de eso! - la interrumpió con furia – ¡Tú, no has venido aquí a tener una cita conmigo! ¡Eres una reclutadora de recursos humanos!
- ¡No, claro que no! En todo caso soy una human resources manager and headhunter.
- No me vengas con anglicismos. ¿Esto no era una cita, verdad? Solo una maldita entrevista de trabajo.
- Sí. - admitió ella – Hoy en día es más fácil conseguir un buen novio que un maquetador web competente.
- No me lo puedo creer.
- Es en serio, tios guapos hay a patadas, gente con más de quince años de experiencia en el sector como es tu caso, no hay tantos. Así que me apunté a esa aplicación de citas. Sabía que encontraría un montón de informáticos, no ligáis ni a tiros.
- Eso es un topicazo.
- Y sin embargo aquí estás. Pero oye la buena noticia para tí es que te traigo una oferta muy interesante. He cotilleado tu perfil en Linkedin y has trabajado en proyectos muy importantes, así que puedo ofrecerte...
- Olvidalo. - dijo con cansancio. - Me voy a mi casa. Haz el favor de perder mi número de teléfono.
Se levantó para irse.
- Oye antes de que te largues. Dime, ¿cómo me has descubierto?
- Estabas demasiado interesada en mi trabajo y sabías que yo soy maquetador web, aunque yo no te lo había dicho.
- Yo y mi bocaza, siempre me pierde. En fin, ¿seguro que no quieres escuchar la oferta?
Se dio la vuelta sin responder.
- ¿Te he dicho ya que además de un buen sueldo, te ofrecemos días de teletrabajo?
Se frenó en seco y la miró a los ojos. Ella le mantuvo la mirada.
- ¿Cuantos días de teletrabajo a la semana dices que me ofreces?