Cuando empecé a notar los primeros copos de nieve, a la altura de la Plaza Manuel Becerra, pensé "Nah, esto son cuatro copos locos. Yo sigo caminando."
Cuando llegué a la Plaza de la Independencia, tuve que aceptar que había cometido un error.
Pero como soy
Así que en cuanto llegué a Callao, me busqué un lugar resguardado para disfrutar del espectáculo.
Y una vez allí, por fin pude cantar aquello de "Let it snow, let it snow, let it snow...".