-Vamos a ver -decía la profesora de klingon (inglés)-, el siguiente ejercicio, consiste en que cada uno de vosotros coge uno de estos papeles, señala un montoncito de pequeños trozos de papel, en cada uno de estos fragmentos hay escrita una frase, después buscáis a un compañero y tenéis que darle pistas para que adivine la frase que os ha tocado y claro, también tenéis que adivinar la frase de los demás.
Me dirijo al montón y cojo un papel que contenía una frase, la leo con atención mientras me acerco a uno de mis compañeros.
Yo: Vale, hay un gran accidente, todo el mundo está muerto, menos yo. ¿Así que soy?
Compañero 1: Un tío con suerte.
Yo: Bueno, eso también, pero no. Piénsalo soy el único que está vivo mientras los demás han muerto, así que soy....
Compañero 1: ¡Ya lo sé! Eres Bruce Willis.
Yo: Mecagoentodoslosfrikis.
Compañero 1: ¿Cómo dices?
Yo: A ver, concéntrate. Si yo he "sobrevivido al accidente" soy un...
Compañero 1: ¿Un superviviente?
Yo: ¡Bien! Pero recuerda, no hay más supervivientes así que soy...
Compañero: ¡El único superviviente!
Yo: Perfecto, lo has adivinado. Venga, ahora me toca a mí adivinar tu frase.
Compañero 1: Vale, acabo de perder todos mis ahorros. ¿Qué soy?
Yo: Un pringado.
Compañero: No, bueno sí, pero esa no es mi frase. Piénsalo, lo he perdido todo.
Yo: Ya lo sé, eres un accionista de Bankia.
Conpañero 1: Caguentoooo. No leñe, centraté. Lo he perdido todo, no sólo los ahorros.
Yo: Vale, ya se, eres "El gran perdedor".
Compañero 1: Por fin, lo has adivinado.
Me dirijo hacia otro compañero.
Yo: A ver, hay un gran accidente y mueren todos menos yo, Luego soy....
Compañero 2: Fácil, eres Bruce Willis.
Yo: Que más quisiera yo. Venga piensa.
Compañero 2: Mmmmm, ¿el único superviviente?
Yo: Perfecto. A ver, que tienes para mí.
Compañero 2: No soy un pájaro, no soy un avión soy...
Yo: Supermán.
Compañero 2: No hombre, soy un helicóptero.
Yo: Tu lógica es aterradora.
Compañero 2: ¿Cómo dices?
Yo: Nada, nada.
Vamos a por otro.
Yo: Hay un gran accidente, palman todos menos yo y no, no soy Bruce Willis.
Compañera 3: Pues si no estás muerto, los demás han palmado y no puedes ser Bruce Willys.... Eres Steven Seagal.
Yo: ¡Crom, no lo quiera!
Compañera 3: ¿Disculpa?
Yo: Que no, no soy ni el gordo de la coleta, ni el calvo. Y para que quede claro, Bruce Willis muere al final de "Armageddon" y Steven Seagal a los quince minutos de empezar "Decisión Crítica".
Compañera 3: Pues entonces...... Ya está, eres "Connor MacLeod".
Yo: Mira vamos a dejarlo, avisadme cuando vayamos a jugar a las películas.
Seguiremos informando.
5/11/2012
5/07/2012
Comunicación no verbal
Recuerdo que en mis días de estudiante de magisterio, una de mis profesoras nos dio una interesante clase acerca de la comunicación no verbal. Según ella, muchas veces decimos más cosas con los gestos y las miradas que con las palabras. Aquello me pareció genial, y me pasé las siguientes semanas tratando de captar los gestos de las personas con las que entablaba conversación, pero como nunca he sido un prodigio de la percepción, no sólo no captaba dichos gestos, sino que encima tampoco me enteraba de las palabras, ya que toda mi atención estaba centrada en ver si mi interlocutor fruncía el ceño, ladeaba la cabeza o me daba un tortazo por mirarles raro.
Tras un breve periodo de frustrantes intentos, decidí volver a la comunicación verbal de toda la vida y hacer los experimentos sólo con gaseosa.
Sin embargo hace poco y sin proponérmelo, conseguí participar en una conversación totalmente gestual, sin intervención alguna de la palabra hablada. Supongo que las neuronas de mi cerebro, estarían todas conectadas a la vez, cual alineamiento planetario, de esos que utilizan los brujos oscuros de las películas para poner en marcha su plan de dominación mundial y que son invariablemente frustrados por el héroe de turno. Pero, no nos desviemos.
La cosa sucedió hace un par de noches. Había quedado con un colega para ir a cenar a un restaurante. Llevábamos un rato charlando de todo un poco y degustando la pitanza, cuando entraron en el restaurante una chico y una chica. Enseguida llegó una camarera que les escoltó hasta una mesa para dos, ubicada justo enfrente de mí. Mientras pasaban a nuestro lado, mi compañero de mesa echó a la chica un rápido vistazo, luego me miró a mí y lanzó un pequeño silbido que obviamente significaba "está rica la niña". Yo eché un rápido vistazo al trasero de la camarera que en ese momento estaba limpiando la mesa en la que se iba a sentar la pareja y levanté las cejas en un claro gesto de "pues no te pierdas a la camarera".
La camarera les tendió un menú a cada uno y se fue a atender sus labores. Dediqué unos momentos de observar a la pareja. Se sonreían, cada uno reía los chistes del otro, por momentos parecía que se iban a juntar las manos pero nunca se tocaban, se quedaban a unos milímetros. Aquello era un "sí, pero aún no". Me dió toda la impresión de que se conocían de hace poco, que obviamente se gustaban el uno al otro, pero aún no estaban enrollados. Era posible que si la cena salía bien, ninguno de los dos tuviera que dormir solo aquella noche.
Estaba apunto de volver la atención hacia mi hamburguesa, cuando algo me llamó la atención. A pesar de que la chica seguía sonriendo, de vez en cuando la sonrisa desaparecía durante medio segundo. Algo estaba fallando. Así que seguí observando. Mi colega, que estaba sentado de espaldas a ellos y que por lo tanto no gozaba de las vistas, me miró inquisitivo y me hizo un gesto con la cabeza al tiempo que giraba las palmas de la mano hacia arriba "¿qué pasa?". Yo levanté una mano en señal de "espera" y luego la giré un par de veces "luego te cuento". El asintió con la cabeza "vale".
Mientras en la otra mesa, la pareja seguía entre sonrisas, hasta que finalmente decidieron mirar el menú. El chico puso toda su concentración en la carta, en busca de la combinación perfecta de comida y vino que le abriría las puertas de la gloria. Sin embargo la chica lo miraba atenta. En cuanto estuvo segura de que su acompañante estaba distraído con la carta, inició la acción. Rápidamente echó las manos a su escote, movió la tira del sujetador, la cual debía de estar molestándola (supongo que eso era lo que motivaba que por momentos perdiera la sonrisa). Aprovechando que tenía las manos en la masa, elevó y juntó sus atributos para darles más relevancia y ajustó la altura de su escote un escalón por encima de "chica interesada en chico" y dos por debajo de "chica desesperada por encontrar chico". todo eso sucedió en unos segundos y la operación fue realizada con la maestría que sólo se alcanza a través de la experiencia.
En ese momento percibió su error. Aunque estaba segura de que su acompañante no se había enterado de nada, no había tenido la precaución de mirar a su alrededor. Levantó la vista y al girar levemente la cabeza. Se encontró con mi mirada. Allí estaba yo, transpirando inocencia por todos los poros.
Enseguida sacó las manos de donde las tenía, arruinando con sus prisas todo su meticuloso trabajo anterior. Entornó los ojos y me dirigió una mirada asesina "tú, ¿qué miras?". alzo las cejas en gesto de sorpresa y me encojo de hombros "¿Yo? Lo estabas haciendo delante de todo el restaurante". La chica se da cuenta de que yo no soy el único que la ha visto. En ese momento, el chico deja de mirar el menú, al ver la expresión alterada de su pareja, levanta la cabeza con gesto interrogativo "¿qué me he perdido?". La chica niega con la cabeza "nada, nada".
A partir de ahí, yo devolví la atención a mi plato, aunque por algún motivo la hamburguesa ya no me pareció tan interesante. La pareja siguió comiendo y poco a poco todo volvió a la normalidad.
Tras un breve periodo de frustrantes intentos, decidí volver a la comunicación verbal de toda la vida y hacer los experimentos sólo con gaseosa.
Sin embargo hace poco y sin proponérmelo, conseguí participar en una conversación totalmente gestual, sin intervención alguna de la palabra hablada. Supongo que las neuronas de mi cerebro, estarían todas conectadas a la vez, cual alineamiento planetario, de esos que utilizan los brujos oscuros de las películas para poner en marcha su plan de dominación mundial y que son invariablemente frustrados por el héroe de turno. Pero, no nos desviemos.
La cosa sucedió hace un par de noches. Había quedado con un colega para ir a cenar a un restaurante. Llevábamos un rato charlando de todo un poco y degustando la pitanza, cuando entraron en el restaurante una chico y una chica. Enseguida llegó una camarera que les escoltó hasta una mesa para dos, ubicada justo enfrente de mí. Mientras pasaban a nuestro lado, mi compañero de mesa echó a la chica un rápido vistazo, luego me miró a mí y lanzó un pequeño silbido que obviamente significaba "está rica la niña". Yo eché un rápido vistazo al trasero de la camarera que en ese momento estaba limpiando la mesa en la que se iba a sentar la pareja y levanté las cejas en un claro gesto de "pues no te pierdas a la camarera".
La camarera les tendió un menú a cada uno y se fue a atender sus labores. Dediqué unos momentos de observar a la pareja. Se sonreían, cada uno reía los chistes del otro, por momentos parecía que se iban a juntar las manos pero nunca se tocaban, se quedaban a unos milímetros. Aquello era un "sí, pero aún no". Me dió toda la impresión de que se conocían de hace poco, que obviamente se gustaban el uno al otro, pero aún no estaban enrollados. Era posible que si la cena salía bien, ninguno de los dos tuviera que dormir solo aquella noche.
Estaba apunto de volver la atención hacia mi hamburguesa, cuando algo me llamó la atención. A pesar de que la chica seguía sonriendo, de vez en cuando la sonrisa desaparecía durante medio segundo. Algo estaba fallando. Así que seguí observando. Mi colega, que estaba sentado de espaldas a ellos y que por lo tanto no gozaba de las vistas, me miró inquisitivo y me hizo un gesto con la cabeza al tiempo que giraba las palmas de la mano hacia arriba "¿qué pasa?". Yo levanté una mano en señal de "espera" y luego la giré un par de veces "luego te cuento". El asintió con la cabeza "vale".
Mientras en la otra mesa, la pareja seguía entre sonrisas, hasta que finalmente decidieron mirar el menú. El chico puso toda su concentración en la carta, en busca de la combinación perfecta de comida y vino que le abriría las puertas de la gloria. Sin embargo la chica lo miraba atenta. En cuanto estuvo segura de que su acompañante estaba distraído con la carta, inició la acción. Rápidamente echó las manos a su escote, movió la tira del sujetador, la cual debía de estar molestándola (supongo que eso era lo que motivaba que por momentos perdiera la sonrisa). Aprovechando que tenía las manos en la masa, elevó y juntó sus atributos para darles más relevancia y ajustó la altura de su escote un escalón por encima de "chica interesada en chico" y dos por debajo de "chica desesperada por encontrar chico". todo eso sucedió en unos segundos y la operación fue realizada con la maestría que sólo se alcanza a través de la experiencia.
En ese momento percibió su error. Aunque estaba segura de que su acompañante no se había enterado de nada, no había tenido la precaución de mirar a su alrededor. Levantó la vista y al girar levemente la cabeza. Se encontró con mi mirada. Allí estaba yo, transpirando inocencia por todos los poros.
Enseguida sacó las manos de donde las tenía, arruinando con sus prisas todo su meticuloso trabajo anterior. Entornó los ojos y me dirigió una mirada asesina "tú, ¿qué miras?". alzo las cejas en gesto de sorpresa y me encojo de hombros "¿Yo? Lo estabas haciendo delante de todo el restaurante". La chica se da cuenta de que yo no soy el único que la ha visto. En ese momento, el chico deja de mirar el menú, al ver la expresión alterada de su pareja, levanta la cabeza con gesto interrogativo "¿qué me he perdido?". La chica niega con la cabeza "nada, nada".
A partir de ahí, yo devolví la atención a mi plato, aunque por algún motivo la hamburguesa ya no me pareció tan interesante. La pareja siguió comiendo y poco a poco todo volvió a la normalidad.
5/04/2012
El tour de las Highlands (sin bicicleta pero con autobús)
Los que me conozcáis un poco, sabréis que a mí no me gustan demasiado los tours. Yo prefiero viajar por mi cuenta, porque a menudo encuentro cosas fuera de la ruta turística, que me interesan tanto o más que las atracciones típicas, además no me gusta que me digan cuanto tiempo tengo que pasar en tal sitio o a que hora debo hacer la pausa para comer. Pero cuando Goulven me propuso ir a un tour para conocer un poco mejor las Highlands, pues le dije aquello de "venga vale" y por eso me pasé el miércoles pasado, subido a un autobús y haciendo más kilómetros que el Coche Fantástico, para ver algunos lugares emblemáticos.
Goulven, es un colega que vino desde Francia hace unos meses en busca de fortuna y gloria, es decir, en busca de un trabajo. Como es un chico motivado, además de currar y perfeccionar su inglés, también quiere mejorar su español (que ya habla bastante bien) y no se le ha ocurrido mejor idea que pedirme ayuda como profesor. Así que no es raro vernos por la calle, él hablándome en español y yo respondiéndole en inglés. La gente se nos queda mirando como si nos hubiéramos escapado de un psiquiátrico y yo no puedo culparles por ello.
Como decía, nos subimos al autobús con otros diez incautos y el conductor. Un escocés que responde al nombre de Alan, quien tras explicarnos las medidas de emergencia en caso de accidente, pone rumbo hacia nuestra primera parada: el Monumento Nacional William Wallace.
William Wallace es un famoso héroe escocés que luchó contra los ingleses a finales del siglo XIII. Aunque la mayoría de los extranjeros lo conocemos por la película de Braveheart, nuestro guía nos recordó, que aunque la película pueda estar muy bien, lo del rigor histórico no es una característica propia de las producciones de Hollywood. Así, aunque Mel Gibson encarnó a un héroe rudo pero justo, en la vida real Wallace era poco menos que un psicópata, que llegó incluso a hacerse un cinturón de piel humana con la epidermis de un enemigo (no he podido contrastar si este dato es cierto o no, si alguien puede aportar luz sobre el asunto, por favor que lo diga en los comentarios). Como quiera que fuera, en el siglo XIX, los escoceses erigieron un monumento a su memoria, en forma de torreón de arenisca, situado sobre una colina, sobre la que supuestamente nuestro héroe/psicópata se paró para ver las huestes enemigas antes de una de sus batallas.
He aquí al valeroso Wallace, observando, en gallarda pose, al ejércitoorco inglés.
Tras visitar el monumento volvemos al autobús y ponemos rumbo al lago Lomond.
Como podéis ver en la última foto, la Skynet 5000 (mi cámara de fotos) no sólo tiene un filtro para hacer fotos en blanco y negro, sino que además tiene otro para hacerlas en color sepia. Lo se, ahora mismo estáis pensando "el horror, el horror", a lo que yo sólo puedo contestar "Bwahahaha" (risa de villano megalomaníaco).
Cuando volvimos al autobús se produce el siguiente diálogo con nuestro guía.
Alan: Bueno, ¿os ha gustado el lago?
Pasajeros del autobús todos al unísono: Siiiiiiii.
Alan: Perfecto, ale pues vamos a nuestra siguiente visita.
Pasajero anónimo nº 1 (es que no me se su nombre): ¿Y ahora que vamos a ver? ¿Una montaña? ¿otro lago? ¿un castillo?
Alan: Una vaca.
Pasajero anónimo nº 2: ¿Cómo dices?
Alan: Una vaca.
Pasajero atónito nº 1 (no me he equivocado al escribirlo, a estas alturas todos estábamos más atónitos que anónimos): "Vaca" es un eufemismo para "paisaje escocés realmente bonito". ¿Verdad?
Alan: Pues no. Vamos a ver una vaca, de las que mugen y dan leche.
Pronto comprobamos que Alan se había equivocado, en lugar de una vaca, vimos dos vacas.
La particularidad es que estos dos ejemplares de ganado bovino, pertenecen a una raza propia de las Highlands, llamada raza highland (creo que ya he comentado en algún post anterior, que los escoceses no son famosos por su originalidad a la hora de poner nombre a las cosas).
Finalmente pusimos rumbo a un castillo (no recuerdo el nombre ahora, pero si se que se utilizó como localización en la peli de "Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores".
Aunque para ser sinceros, más que el castillo lo que me gustaron fueron los alrededores del mismo.
Por cierto que durante el trayecto entre las vacas y el castillo, pasamos por el Parque Nacional de Trossachs, que está bastante chulo, pero como no paramos ni para hacer pis, pues de eso no tengo fotos. Yo francamente me hubiera ahorrado el monumento a Wallace, las vacas y el castillo y me hubiera limitado al Lago y al Parque. Pero es lo que tiene ir en un tour, que no puedes elegir. Con todo el viaje no estuvo mal, aunque un servidor acabó hasta las narices de tanto autobús.
Seguiremos informando.
Goulven, es un colega que vino desde Francia hace unos meses en busca de fortuna y gloria, es decir, en busca de un trabajo. Como es un chico motivado, además de currar y perfeccionar su inglés, también quiere mejorar su español (que ya habla bastante bien) y no se le ha ocurrido mejor idea que pedirme ayuda como profesor. Así que no es raro vernos por la calle, él hablándome en español y yo respondiéndole en inglés. La gente se nos queda mirando como si nos hubiéramos escapado de un psiquiátrico y yo no puedo culparles por ello.
Como decía, nos subimos al autobús con otros diez incautos y el conductor. Un escocés que responde al nombre de Alan, quien tras explicarnos las medidas de emergencia en caso de accidente, pone rumbo hacia nuestra primera parada: el Monumento Nacional William Wallace.
William Wallace es un famoso héroe escocés que luchó contra los ingleses a finales del siglo XIII. Aunque la mayoría de los extranjeros lo conocemos por la película de Braveheart, nuestro guía nos recordó, que aunque la película pueda estar muy bien, lo del rigor histórico no es una característica propia de las producciones de Hollywood. Así, aunque Mel Gibson encarnó a un héroe rudo pero justo, en la vida real Wallace era poco menos que un psicópata, que llegó incluso a hacerse un cinturón de piel humana con la epidermis de un enemigo (no he podido contrastar si este dato es cierto o no, si alguien puede aportar luz sobre el asunto, por favor que lo diga en los comentarios). Como quiera que fuera, en el siglo XIX, los escoceses erigieron un monumento a su memoria, en forma de torreón de arenisca, situado sobre una colina, sobre la que supuestamente nuestro héroe/psicópata se paró para ver las huestes enemigas antes de una de sus batallas.
He aquí al valeroso Wallace, observando, en gallarda pose, al ejército
Tras visitar el monumento volvemos al autobús y ponemos rumbo al lago Lomond.
Como podéis ver en la última foto, la Skynet 5000 (mi cámara de fotos) no sólo tiene un filtro para hacer fotos en blanco y negro, sino que además tiene otro para hacerlas en color sepia. Lo se, ahora mismo estáis pensando "el horror, el horror", a lo que yo sólo puedo contestar "Bwahahaha" (risa de villano megalomaníaco).
Cuando volvimos al autobús se produce el siguiente diálogo con nuestro guía.
Alan: Bueno, ¿os ha gustado el lago?
Pasajeros del autobús todos al unísono: Siiiiiiii.
Alan: Perfecto, ale pues vamos a nuestra siguiente visita.
Pasajero anónimo nº 1 (es que no me se su nombre): ¿Y ahora que vamos a ver? ¿Una montaña? ¿otro lago? ¿un castillo?
Alan: Una vaca.
Pasajero anónimo nº 2: ¿Cómo dices?
Alan: Una vaca.
Pasajero atónito nº 1 (no me he equivocado al escribirlo, a estas alturas todos estábamos más atónitos que anónimos): "Vaca" es un eufemismo para "paisaje escocés realmente bonito". ¿Verdad?
Alan: Pues no. Vamos a ver una vaca, de las que mugen y dan leche.
Pronto comprobamos que Alan se había equivocado, en lugar de una vaca, vimos dos vacas.
La particularidad es que estos dos ejemplares de ganado bovino, pertenecen a una raza propia de las Highlands, llamada raza highland (creo que ya he comentado en algún post anterior, que los escoceses no son famosos por su originalidad a la hora de poner nombre a las cosas).
Finalmente pusimos rumbo a un castillo (no recuerdo el nombre ahora, pero si se que se utilizó como localización en la peli de "Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores".
Aunque para ser sinceros, más que el castillo lo que me gustaron fueron los alrededores del mismo.
Por cierto que durante el trayecto entre las vacas y el castillo, pasamos por el Parque Nacional de Trossachs, que está bastante chulo, pero como no paramos ni para hacer pis, pues de eso no tengo fotos. Yo francamente me hubiera ahorrado el monumento a Wallace, las vacas y el castillo y me hubiera limitado al Lago y al Parque. Pero es lo que tiene ir en un tour, que no puedes elegir. Con todo el viaje no estuvo mal, aunque un servidor acabó hasta las narices de tanto autobús.
Seguiremos informando.
5/01/2012
Estudiando klingon (again)
Aprender un nuevo idioma siempre es difícil, sobretodo si se trata de uno tan complicado como el inglés de Escocia(que viene a ser lo mismo que el klingon, pero sin tantos vocablos acabados en "kag" o "aaaarrgggghhh"). Pero si encima tienes que aprenderlo a base de conversar con una rusa, que habla un inglés tan "fluido" como el mío, la cosa puede ser divertida.
Profesora: A ver gente. Os ponéis por parejas e iniciáis una conversación. Primero os presentáis, decís vuestros nombres, de dónde venís... Lo típico.
Yo (volviéndome hacia mi compañera más cercana): Hola. Me llamo Padawan y vengo de Coruscant, en el lejano núcleo galáctico y lucho contra el malvado Imperio Galáct...
Profesora (acercándose más sigilosa que un gato): ¡Ehem!
Yo: Estoooo, que digo que me llamo Padawan y vengo de Madrid. España.
Natalie: Hola, me llamo Natalie MacKlinton y vengo de Rusia.
Profesora (otra vez acercándose más sigilosa que un ninja): MacKlinton, es tu nombre de casada, ¿no?
Natalie: Pues sí.
Profesora: Seguro que Padawan quiere saber tu nombre de soltera.
Yo: Pues lo cierto es que no.
Profesora (dándome un puntapié): Seguro que sí.
Yo: Estooo vale. ¿Cuál es tu nombre de soltera?
Natalie: Natalie Voldrokadrovatovarich.
Profesora: Padawan, ¿Te has quedado con el nombre?
Yo: Euuuhhh.. ¿Voldronosecuantos?
Profesora: Bien, haremos lo siguiente. Natalie, deletrealé tu apellido. Padawan, tú escríbelo y después lo deletreas en voz alta, si te equivocas, volvéis a empezar. Así practicáis el abecedario y la pronunciación.
Yo: Mecagoenelsistemaeducativoescocés.
Profesora: ¿Cómo dices?
Yo: Que me muero por empezar.
Quince minutos más tarde.
Yo: .....V-A-R-I-C-H. Arf, arf, arf. Conseguido, he logrado deletrearlo correctamente.
Profesora (acercándose más sigilosa que el mismísimo Batman): Oye Natalie, ¿de dónde has dicho que eras?
Natalie: De Rusia.
Profesora: Ya, pero de que ciudad.
Yo (apresuradamente): De Moscú, seguro.
Profesora (dándome un rodillazo): Pues no es eso lo que pone en su ficha.
Natalie: Soy de la ciudad de Kostomklapfriskantrigrado.
Profesora: Bueno, ya sabéis como va esto. A deletrear.
Yo (murmurando): Os odio.
Ambas, hablando al unísono: ¿Cómo dices?
Yo: Que lo estamos pasando de rechupete. ¿A que sí?
30 minutos más tarde.
Yo: ....G-R-A-D-O. Arf, arf, arf. Con lo fácil que es nacer en Segovia.
Porfesora (directamente teletransportada desde el Enterprise): Muy bien y ahora....
Yo (con voz de mafioso): Otro ejercicio de deletrear y despertarás en la bodega de un pesquero rumbo al Muro. ¿capicci bambina?
Profesora: ¡Huy! ¡Qué tarde se ha hecho! Si la clase ya ha acabado.
En fin, mañana tengo el siguiente asalto, ya veremos que nuevas villanías me tiene preparadas la profe. Seguiremos informando.
Profesora: A ver gente. Os ponéis por parejas e iniciáis una conversación. Primero os presentáis, decís vuestros nombres, de dónde venís... Lo típico.
Yo (volviéndome hacia mi compañera más cercana): Hola. Me llamo Padawan y vengo de Coruscant, en el lejano núcleo galáctico y lucho contra el malvado Imperio Galáct...
Profesora (acercándose más sigilosa que un gato): ¡Ehem!
Yo: Estoooo, que digo que me llamo Padawan y vengo de Madrid. España.
Natalie: Hola, me llamo Natalie MacKlinton y vengo de Rusia.
Profesora (otra vez acercándose más sigilosa que un ninja): MacKlinton, es tu nombre de casada, ¿no?
Natalie: Pues sí.
Profesora: Seguro que Padawan quiere saber tu nombre de soltera.
Yo: Pues lo cierto es que no.
Profesora (dándome un puntapié): Seguro que sí.
Yo: Estooo vale. ¿Cuál es tu nombre de soltera?
Natalie: Natalie Voldrokadrovatovarich.
Profesora: Padawan, ¿Te has quedado con el nombre?
Yo: Euuuhhh.. ¿Voldronosecuantos?
Profesora: Bien, haremos lo siguiente. Natalie, deletrealé tu apellido. Padawan, tú escríbelo y después lo deletreas en voz alta, si te equivocas, volvéis a empezar. Así practicáis el abecedario y la pronunciación.
Yo: Mecagoenelsistemaeducativoescocés.
Profesora: ¿Cómo dices?
Yo: Que me muero por empezar.
Quince minutos más tarde.
Yo: .....V-A-R-I-C-H. Arf, arf, arf. Conseguido, he logrado deletrearlo correctamente.
Profesora (acercándose más sigilosa que el mismísimo Batman): Oye Natalie, ¿de dónde has dicho que eras?
Natalie: De Rusia.
Profesora: Ya, pero de que ciudad.
Yo (apresuradamente): De Moscú, seguro.
Profesora (dándome un rodillazo): Pues no es eso lo que pone en su ficha.
Natalie: Soy de la ciudad de Kostomklapfriskantrigrado.
Profesora: Bueno, ya sabéis como va esto. A deletrear.
Yo (murmurando): Os odio.
Ambas, hablando al unísono: ¿Cómo dices?
Yo: Que lo estamos pasando de rechupete. ¿A que sí?
30 minutos más tarde.
Yo: ....G-R-A-D-O. Arf, arf, arf. Con lo fácil que es nacer en Segovia.
Porfesora (directamente teletransportada desde el Enterprise): Muy bien y ahora....
Yo (con voz de mafioso): Otro ejercicio de deletrear y despertarás en la bodega de un pesquero rumbo al Muro. ¿capicci bambina?
Profesora: ¡Huy! ¡Qué tarde se ha hecho! Si la clase ya ha acabado.
En fin, mañana tengo el siguiente asalto, ya veremos que nuevas villanías me tiene preparadas la profe. Seguiremos informando.